En los albores del siglo XXI Venezuela tocaba la diana a los pueblos del mundo, anunciando un cambio de época, una buena nueva, y con la letra del poema de José Martí sellaba su destino: “…Con los pobres de la Tierra quiero yo mi suerte echar”.
Desde el punto de vista geoeconómico, geopolítico, Venezuela tiene una ubicación geográfica envidiable, rica en biodiversidad, agua, materia prima y la reserva de petróleo probada más grande del mundo, además cuenta con un pueblo corajudo y bolivariano.
El comandante Hugo Chávez, consciente de ello y sabiéndose líder de una Revolución inédita -que sorprendió a la “inteligencia” imperial- con un mapa en la mano y con la memoria histórica en la otra, educaba al pueblo y nos preparaba para los años por venir.
Él sabía que el imperialismo y sus lacayos no cesarían en su afán de dar al traste con la Revolución Bolivariana y adueñarse de nuevo del destino de Venezuela.
Nos invitó a echar mano del materialismo histórico para el análisis y el estudio, a ser creativos y audaces en la lectura y la transformación de la realidad.
Han llamado paranoicos a quienes caracterizamos la agresión contra Venezuela como guerra no convencional. Pisemos tierra, no todas las operaciones militares del imperialismo son directas o llevan uniforme militar.
La guerra tiene fachadas: militar (mercenarios, paramilitares), económica, opinión pública, etc.
El presidente Nicolás Maduro anunció una ofensiva en el campo económico.
¿Qué esperamos entonces?
Creemos que en el campo de la opinión pública, desde ya deben desplegarse todos los recursos en una poderosa campaña de conciencia y resistencia.
¡El año 2015 será de batalla!