Columna el sur también existe|¡Al pan pan y al vino vino! (Opinión)

Los recientes anuncios del presidente Nicolás Maduro se constituyen en acciones totalmente lógicas para ir controlando un frente interno en el que el pueblo venezolano, como sucedió en el paro sabotaje petrolero de 2002 y 2003, sufre las consecuencias y presiones de una burguesía que controla la economía a sus anchas, pero que perdió en aquella batalla el monopolio del destino de los dólares petroleros.

Con esta ventaja, a pesar del descenso de los precios del oro negro, el Gobierno Nacional ha decidido cortar de raíz con el golpismo de Fedecámaras y procurar alianzas con sectores que si les interese el desarrollo del país, cuestión que por cierto en miles de oportunidades intento el comandante Hugo Chávez, cuando estuvo al frente de las riendas de Venezuela.

La conspiración constante de estos sectores no es nada nuevo, tiene data desde los primeros momentos en que el pueblo venezolano decidió respaldar un camino distinto al del pacto adeco-copeyano. De hecho hasta llegaron a hacer un pacto con la cúpula de la CTV y la Iglesia al cual, por allá en marzo de 2002, llamaron “bases para un acuerdo democrático”.

Nadie, que no ande buscando a Dios por los rincones, puede explicar con bases científicas reales los especulativos precios de los productos, aumentados hasta 500% justo en aquellos que son de consumo diario de las venezolanas y los venezolanos.

Nadie, sin asumir posturas circenses, puede justificar con racionalidad económica como no hay de manera fluida y constante productos tan sensibles como carne, pollo, queso y harina precocida en los anaqueles, pero estos abundan a precios de insulto en restaurantes, areperas y cuanta presentación hecha a base de lácteos se encuentra en el país.

Ningún experto se ha sentado si quiera a revisar los estados financieros y ganancias de empresas monopólicas como Polar, que reclama más subsidios del Estado, y que no invierte ni uno de sus dólares en el país pero presenta en Colombia inversiones cuantiosas, con tres tipos de harina, inunda a Europea de sus productos, inaugura plantas en España y no para el suministro constante de cerveza, para lo cual si no hay problema alguno.

Con risa, observo como el Presidente de Fedecámaras dice que ellos nunca le han pedido dólares al Gobierno Nacional. Sería bueno que busquen las declaraciones que hicieron cuando el presidente Maduro los llamó al diálogo en Miraflores, en las que colocaron sus punticos de honor, antes de pararse arrogantemente de la mesa, obedeciendo la orden de su amo estadounidense, recientemente zurrado en Panamá.

T/ Walter Ortiz
walter1982@gmail.com