La vida es energía y fuerza, inspiración y ganas de ser y hacer más y mejor. La vida es búsqueda, amor, pasión y entrega. La vida es trascendencia e inspiración.
Si estamos de acuerdo con lo anterior, no podemos sino confirmar que el comandante Hugo Chávez, nuestro Chávez, está vivo y multiplicado en todas y todos quienes guiamos nuestras acciones desde el convencimiento de construir colectivamente una Venezuela y más allá, un mundo cada vez mejor, más humanista, más solidario.
Trascendiendo los actos que durante estos días rinden homenaje al Chávez estadista, al Chávez líder y al Chávez hombre, cada día el pueblo que se aboca a trabajar, producir y construir le hace el mejor homenaje posible desde sus particulares espacios y talentos.
No han sido pocos ni aislados los intentos de atentar contra la moral de nuestro pueblo a través de la manipulación maniquea de los sentimientos y las expectativas de las inmensas mayorías que demostramos firmemente nuestro apoyo al comandante Chávez. Desde obscenas comparaciones entre el Comandante y otros actores políticos hasta inhumanas burlas, muchas han sido las tácticas empleadas pero sin el resultado esperado. Muy por el contrario, estos arteros ataques realizados desde su histórico menosprecio al Pueblo y las causas que éste abraza, se le vuelven constantemente en contra y se traducen en más fuerza revolucionaria.
Este pueblo, aún en las adversidades que hemos confrontado en estos dos años de multiplicación del Chávez-ejemplo, ha seguido firme en sus convicciones y sus orientaciones, lo que desconcierta a los conjurados de siempre, a quienes por no conocer el amor profundo y puro que se teje al seno del pueblo y sus más elevadas causas comunes, les resulta sencillamente incomprensible nuestro empeño por seguir conduciendo a Venezuela y porque no, al mundo, hacia causas y objetivos más elevados.
En síntesis, la Revolución verdadera y legítima es amor, bloqueando por principio la posibilidad de algunas y algunos de comprenderla. Orientados por la causa encarnada por ese Chávez Nuestro con el cual tuvimos el histórico privilegio de compartir una era y de verlo hecho carne, verbo y pasión profunda, seguiremos construyendo Patria colectiva, sin distingo alguno.
Amor incondicional nos diste y amor incondicional te devolvemos. Tu fuerza viva, incontenible e inspiradora, sigue guiándonos.
¡Gracias Chávez, toda una vida de gracias!