Ya vamos por junio y no te había escrito nada, san Benito.
Ya pasaron tus fiestas y este es el justo momento en que hacen la llamada los tambores de san Juan. Si hay que bailar yo bailo. Si hay que tomar yo tomo. ¿A quién no le gusta pues? Pero dejo mi voto salvado porque no entiendo eso de escondernos detrás de las faldas de un santo para expresar nuestras creencias y espiritualidades. A mi entender es otra expresión de los rostros negros con máscaras blancas de los que hablaba Fanon. A estas alturas del partido no se justifica.
Y eso no es nada, este mes de junio está lleno de santos de negros. De blancos santos de negros…
Tú eres clase aparte, san Benito. Aunque algunos se dediquen a explicar que eras blanco pero te pusiste mucho al sol, o que la madera con que hicieron tu imagen de pronto se fue oscureciendo, o que hubo un incendio y te chamuscaste, etc, yo sé, tú sabes, él sabe, nosotros sabemos que eres negro. No pueden aceptar que seas negro. Un negro santo. Un santo negro…
Ahora llegamos al mes de los santos de negros, el mes de san Pedro, san Antonio y san Juan. Y tú, san Benito, sales a relucir porque más que un santo de negros eres un negro santo negro.
Venimos del mes de África, el mes de la herencia africana, el mes de la afrovenezolanidad y aunque no fue en junio, salta a nuestra memoria aquel día de 2011en que estaba el presidente Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores en Consejo de Ministros transmitido en Cadena Nacional y de por allá del sur del lago de Maracaibo, desde el Zulia mismo, hicieron un pase y le presentaron tu parranda, San Benito, al Comandante que combatía por la vida. Los chimbángueles repicaron su corazón y en la mirada se reveló un regalo maravilloso para su espíritu. Y en sus palabras también:
Que bonitas esas tradiciones, dijo, esto es parte del alma nacional. ¿Cómo entendernos nosotros sin reconocernos en lo afro, en la Madre África, en la negritud, en lo afrovenezolano, en esas costumbres, milenarias que vinieron del África y se unieron a las costumbres milenarias que aquí pervivieron en los pueblos aborígenes. ¡Patria para los indios! ¡Patria para los negros! ¡Patria para el pueblo venezolano! Patria verdadera, patria plena, patria buena, patria bonita.
Entre santos de negros se asomó un santo negro y a través de la boca del Comandante Supremo pidió Patria para los excluidos.
Te la debía san Benito.
¡Ajé, san Benito, Ajé!