No te critico Pollo el que hayas renunciado a «Portada’s». Te cuestiono el que hayas tardado tanto tiempo en darte cuenta de que tu no cuadrabas en ese gallinero.
Es verdad, tú te vacilabas la parte y hasta cómodo se te veía, pero es fácil suponer que la procesión iba por dentro y que cuando se apagaban las luces del estudio y te ibas para tu casa, más de una vez te debiste haber preguntado qué hacías tú animando semejante mamarracho.
Por eso te digo, Pollo, que seis años haciendo morisquetas ante las cámaras, celebrando las estupideces que te ponían a decir los «creativos» guionistas del espacio, prestando tu imagen y desperdiciando tú talento como músico, es como demasiado tiempo para no sentir el tufito a caca de gallina. ¿No te parece?
No es por cacarear ni por dármelas de gallo de pelea, Pollo, pero así como te considero uno de los mejores ejecutantes del cuatro que tenemos en Venezuela, y como reconozco el carisma que tienes y del aire renovado y a la vez respetuoso que le pones a nuestra música cuando la interpretas, también creo que en materia de toma de decisiones eres algo lento.
¿Cuándo comenzaste a darte cuenta de que tu plumaje no pegaba ni con saliva de loro en ese corral de plumíferas cluecas incapaces de empollar un programa con arraigo nacionalista?
¿Tanto tiempo encaramado en ese embarrado palo de gallinero para que, así de repente, un rayo de luz divina se posara sobre tu cresta y te hiciera abrir el pico?
Clalequeo aparte, amigo Rafael, saludo tu entereza y espero que otros creadores sigan tu ejemplo de dignidad y marquen distancia con aquellos empeñados en convertir elegantes cisnes en insípidos «pollitos feos».