Por Loel Henríquez|¿Juguetes? los compramos al Estado (Opinión)

Comienza la Navidad y las agallas se abren para el sector empresarial privado, las instituciones o fundaciones que disfrutan del beneficio de juguete para conseguir la sonrisa de nuestras hijas y nuestros hijos. Se preparan para consignar en las cuentas de la clase trabajadora el beneficio que ayuda más que a la trabajadora o el trabajador, al especulador que además de jugar con la comida, vestido y conciencia del pueblo, también buscan borrar las sonrisas de los niños de la Patria

No sería descabellado que el mayor proveedor que tiene el Estado se lleve la sorpresa de que el mismo Estado para contrarrestar la guerra económica de la que son cómplices, haga aparte de las ferias publicitadas para la mayoría del pueblo, dentro de las instituciones públicas, en las que se destina una gran cantidad de dinero que va a los bolsillos de los empresarios usureros que juegan con nuestras necesidades.

De esta manera tendremos una rotación de dinero entre el mismo Estado, garantizando que nuestros trabajadores adquieran los juguetes y productos navideños a un precio justo que busca generar felicidad y no borrar sonrisas, que aquel que recibe el beneficio del cesta juguetes pueda canjearlo a través del ministerio para el Comercio y operativos pensados para beneficiar a los que más gastan o depositan el dinero en las cuentas y bolsillos de los empresarios.

Esta estrategia nos ayudaría a demostrar que adquirir productos navideños y juguetes para nuestra clase obrera no es imposible, que la importación de juguetes de calidad se puede exhibir y promocionar a nuestra población sin necesidad de especular, que un cochecito de juguete no puede costar lo mismo que uno real y que una muñeca no puede costar lo mismo que un repuesto para el carro.

La Navidad, época comercial en la que salimos como locos a cumplir con las tradiciones impuestas por el capitalismo, debe ir transformando a la familia venezolana. Debe concienciar a nuestro pueblo de que los juguetes didácticos, lúdicos y educativos tienen el objetivo de enseñar, de hacer del aprendizaje y desarrollo psicomotor de nuestros niños algo más sencillo y que por el contrario debemos desestimar los juegos bélicos y que incentivan la violencia en una sociedad que ya es bastante manipulada a través de los medios.

Los días navideños son para sonreír, no para llorar por los precios que colocan los empresarios burlándose de la Patria que le entrega divisas a precio oficial.

loelito21@gmail.com