Guerras del pueblo de Néstor Rivero|¿Qué diría Ana Frank? (Opinión)

La sensación permanente de miedo del grupo familiar a ser descubiertos y arrestados por la Gestapo de Amsterdam, así como a la subsiguiente deportación al campo de concentración de Auschwitz, donde el destino era el trabajo forzado, la desolación y la muerte en la cámara de gas o por inanición o enfermedad -como finalmente ocurriría con casi todos ellos- recorre las páginas del célebre Diario de la imberbe de signo trágico que alcanzó notoriedad literaria universal posmortem Ana Frank.

Y esa sensación de desesperanza y zozobra, que por momentos se cruza con la ilusión de sobrevivir a la pesadilla de más de dos años, mezclada con la descripción de los pequeños conflictos habituales, que pueden presentarse en un escondrijo en el que, amontonadas unas sobre otras debían compartir ocho personas, con propensión al malhumor, a la imposibilidad de higiene continua y la escasez de alimento, esa sensación repetimos, debió ser muy parecida a lo que hoy padece la población palestina que reside en la Franja de Gaza.

¿De haber sobrevivido a la barbarie nazi, qué diría Ana Frank, niña de depurada sensibilidad humana, y de haberse cultivado como escritora, si hubiese tenido oportunidad de enterarse que escenas que ella describe en su Diario tienen mucho paralelo con la tragedia que el Gobierno sionista de Israel -el cual habla y actúa en nombre de ella y de varios millones de otras víctimas judías del III Reich- impone a más de un millón de seres humanos a quienes se les niega el derecho a vivir, formar familia y profesar su creencia religiosa en su tierra originaria?

¿Justificaría las expresiones dadas en décadas atrás por la señora Golda Meir de que “no existe la población palestina”? ¿Ana Frank daría la razón a la carnicería de “Plomo Fundido”, Tzipi Livni cuando, en medio de aquella Operación dijo “No existe crisis humanitaria en Gaza”? ¿Guardaría Ana Frank silencio ante el señalamiento del hoy primer ministro israelo-sionista Benjamín Netanyahu de que “no negociará bajo fuego”, precisamente, cuando el fuego que destruye aquella región es el de drones y “fósforo blanco” israelo-sionista?

¡Qué bueno sería que los extremistas del sionismo y terrorismo de Estado de Isrrael releyeran el Diario y las palabras de Otto Frank, padre de la niña «Espero que el libro de Ana pueda inspirarte…para que en tu entorno puedas luchar, en la medida de lo posible, por la paz y el acercamiento entre los hombres».

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