La araña feminista|¿Una Miss Venezuela representa nuestra belleza? (Opinión)

El cuerpo de las mujeres es un territorio en disputa desde el surgimiento del patriarcado hace miles de años. Velos, burkas, corsets, los diminutos pies chinos, aros que alargan cuellos, dolorosas perforaciones, incómodos vestidos, cirugías plásticas y muchas prácticas que inmovilizan y limitan nuestra libertad física y psicológica en nombre de la belleza y lo femenino.

La belleza femenina como principal atributo de lo que definido como “mujer” se erige para controlarnos e inmovilizarnos. Hace tiempo leí como una directora de orquesta se quejaba que toda crítica que se hacía a sus presentaciones empezaba con la reseña de su vestido o apariencia personal, que cuando sus colegas hombres se presentaban nadie se percataba del saco o la corbata que llevaban. En una entrevista a la primera astronauta le preguntaron cómo iba a hacer para lavarse el cabello en el espacio. Si la pesista venezolana levanta mas de 100 kg y gana un diploma olímpico se reseña que no pierde su feminidad porque tiene las uñas pintadas. No importa lo que hagan las mujeres, se nos recalca que solo somos mujeres si cumplimos con ciertas normas de belleza.

Mi madre recuerda cuando la primera Miss Mundo consiguió la corona y lo criticada que fue por ser tan fea, pati-larga, flaca y sobre todo de un tamaño descomunal. Es decir, en 1955 cuando Susana Duijm trajo la corona de Miss Mundo aun en Venezuela teníamos nuestro propio concepto de belleza.

En el capitalismo todo se vuelve un artículo de consumo, de eso no escapa la belleza femenina. Esa belleza sostiene una de las industrias mas grandes del mundo, solo en Latinoamérica se calcula que la industria cosmética genera alrededor 80 mil millones de dólares. Además, el negocio tiene la característica de ser “anticíclico”; es decir, no es afectado por la crisis, al contrario crece en crisis. En la cabeza de los países consumidores de la región se encuentra Venezuela y el principal aliado de este “pujante negocio” es el concurso Miss Venezuela.

Los concursos de belleza son una invención capitalista, hasta mediados del siglo pasado no existían, pero desde los años 50 se han desarrollado mas de 50 concursos internacionales y están en las agendas de clubes deportivos, fiestas populares y hasta de escuelas. Desde estos concursos se reproduce un modelo único, un modelo en el que quizá un 5% de la población encaja de forma natural y que presiona al resto para que encaje. Y ¿cómo podemos encajar?: comprando cirugías estéticas, horas en gimnasios y productos de belleza.

Año tras año, en una noche cualquiera nos dicen cual es supuestamente la belleza venezolana. Pero, ¿realmente es así nuestra belleza? Ellas son un producto que nos venden, un modelo destinado a hacernos inconformes con nuestros cuerpos, con nuestro primer territorio a liberar.

T/Alejandra Laprea
(Colectivo Tinta Violeta)
I/Manuel Loaiza

señora…. todo en contra del capitalismo. ha ido usted al centro comercial ipsfa en los proceres puras tiendas delujos donde venden chocolates importados, café importados y pare usted de contar,, para que nuestros militares «revolucionarios» pero que les encanta lo bueno vayan y gasten los que nos roban a usted a mi y a todos los venezolanos.