Consumir diariamente chocolate disminuye la depresión y mejora la vida sexual|“La única manera de ser feliz en la vida” es “cuidando tu cerebro”

“El cerebro es un órgano físico y espiritual. El cerebro no solamente sirve para caminar o mover los brazos, sino que el cerebro es amor, respeto, generosidad, fe, memoria. Es todo”, afirma el neurólogo Ciro Gaona, director médico de la Fundación Alzheimer de Venezuela.

En una actividad desarrollada en el Centro Comercial Líder para celebrar el 26 aniversario de esta institución, subrayó “que la única manera de ser feliz en la vida, a pesar de los problemas, es cuidando tu cerebro”.

Durante más de 20 años ha llevado este mensaje a diversas comunidades de Venezuela. Gaona insiste cada día en que el reto en la vida es ser feliz, a pesar de las dificultades.

“Hay personas que tienen todo para ser feliz y no lo son. Y hay mucha gente que la ves con graves problemas, y es feliz a pesar de esos problemas”, refirió.

No duda en sostener que la felicidad depende del cerebro. Cuando él cambia, cambia mi vida, dice, así como la vida de todos los que me rodean. Es decir, cualquier enfermedad que afecte al cerebro, afecta mi vida y la vida de todos los que me rodean, recalca.

La enfermedad de Alzheimer es una de las causas del envejecimiento de la masa de tejido nervioso, pero no es la única, aclara el especialista.

A este padecimiento que daña al cerebro se suman otras, como la hipertensión, la diabetes, los problemas de colesterol y triglicéridos, las anemias, la enfermedad cerebro vascular y los problemas nutricionales.

FÓRMULA DE PROTECCIÓN

“El cerebro es facilito protegerlo y es divertido protegerlo”, señaló el neurólogo.

La fórmula es sencilla: cuidar la salud, visitando al médico regularmente, cuidar la nutrición y cuidar el sueño.

Pero hay tres cosas que Gaona recomienda para que este órgano tan complejo se mantenga sano. Primero, cultivar el vínculo social, evitando el aislamiento.

“El cerebro se aísla, el cerebro se deteriora”, advierte.

Además, estar activo física, mental y espiritualmente.

“Si haces ejercicio físico, tu cerebro es mejor. ¿Tienes problemas? Haz ejercicio físico. Eso no te paga las cuentas, pero tu cerebro es mejor a pesar de eso”, comenta.

Para desarrollar la actividad mental aconsejó participar en cursos, talleres, juegos y pasatiempos.

Según el neurólogo, el cerebro “nunca olvida el amor y la música”.

En cuanto a la actividad espiritual sugirió la oración, la meditación, la contemplación, el voluntariado y el “servicio”.

“La compasión, que es el sincero deseo de que los demás sean felices, sean mis amigos o no, es fundamental para cuidar el cerebro”, acotó.

Según el especialista, si la persona no desarrolla rabias, rencores, odios, pesimismos ni quejas su cerebro será “mejor”.

Agregó: “Yo mismo me estoy perjudicando cuando siembro eso en mi cerebro. Existiendo tantas cosas positivas por qué dedicarnos a las negativas en esta vida”.

Por el contrario, la salud cerebral se garantiza con la motivación, la ilusión, una buena actitud, el agradecimiento y una sonrisa.

Gaona catalogó al cerebro “como la obra más grande que haya creado Dios”.

Aseveró que la vida es para vivirla, para ser feliz y ser optimista.

UN MORDISCO DE CHOCOLATE

Consumir chocolate es una manera de proteger el cerebro porque estimula la formación de nuevas neuronas y su conexión, explicó.

Este alimento obtenido de las semillas de cacao también mejora la circulación cerebral, la tensión arterial, contrarresta la diabetes y baja los niveles de colesterol y triglicéridos.

Gaona aclaró que el chocolate no es un sustituto de un tratamiento médico, sino que lo complementa.

Contiene un porcentaje importante de flavonoides, antioxidantes y flavonoles.

El neurólogo Gaona indicó que se debe consumir el chocolate que contenga más del 50% de cacao, o sea, chocolate oscuro.

La dosis diaria entre 20 y 50 gramos, recomendó.

“El chocolate produce cambios increíbles. Las sensaciones que tú sientes en un beso son potenciadas por el chocolate. El chocolate es increíble para la vida sensual y sexual, a cualquier edad. Disminuye la depresión, mejora la función cognitiva, mejora la concentración, la memoria, la velocidad de procesamiento y la creatividad”, indicó.

En el taller comentó que el cerebro se alimenta con la glucosa, el oxígeno “y el amor”.

Por eso recomendó el consumo de proteínas y grasas “buenas” que contengan omega 3.

El oxígeno y la glucosa llegan al cerebro por las arterias. Por eso cuando la persona es obesa, fuma, fomenta la rabia y se estresa, empiezan los problemas porque se “producen pequeños mordiscos que son como infarticos, es decir, aparecen puntos blancos por una mayor tensión arterial”.

Sostuvo que el chocolate mejora la salud arterial y el flujo sanguíneo, así como la resistencia a la insulina. Además, mejora los valores glicémicos y los niveles de colesterol.

“Mejora la circulación de la cintura para arriba, y de la cintura para abajo. Me refiero a las piernas”, comenta de manera pícara.

Pero seguidamente señaló que el chocolate “tiene el mismo efecto del Viagra y del Viagra femenino, sin efectos colaterales”.

Gaona invitó a las personas interesadas en mantenerse felices y saludables a visitar su cuenta en Twitter @drcirogaona donde constantemente ofrece consejos prácticos.

SEÑALES DE ALARMA

En la página www.alzheimer.org.ve la Fundación Alzheimer de Venezuela enumera las 10 señales de alarma que debe tomar en cuenta una persona para acudir a un especialista, ante la sospecha de sufrir la enfermedad.

Entre los síntomas se encuentra la pérdida de memoria que afecta la capacidad laboral o el desenvolvimiento cotidiano, dificultad para llevar a cabo tareas domésticas y rutinarias, tales como poner la mesa , preparar y servir la comida.

También se menciona los problemas con el lenguaje; desorientación en tiempo y lugar, aparición de objetos colocados en lugares erróneos o absurdos y cambios drásticos de actitud o comportamiento.

El Alzheimer aparece cuando mueren las neuronas. No se trata solo de una pérdida de la memoria. Esta viene acompañada del deterioro en las capacidades cognoscitivas, tales como el pensamiento y entendimiento, y cambios en el comportamiento.

“Es normal que uno se sienta cansado o agotado por el trabajo, las actividades o compromisos sociales y que luego uno quiera descansar. Pero la persona con Alzheimer simplemente ya no le interesa nada, se vuelve sumamente pasivo, apático, indolente, requiriendo ser, más que motivado, casi empujado a salir o hacer algo”, refiere una nota publicada en la página www.alzheimer.org.ve

T/ Janet Queffelec Padrón
F/ Joel Aranguren