Un “meme” en el que Salomón Rondón aparece vestido como un prócer de la Independencia. Otro en el que se muestra a Evo Morales -presidente de un país sin litoral- surfeando sobre un mar de color verde. La guerra política del país, entre chavismo y oposición, también está en las redes, y puntualmente en las redes también con los llamados “memes” o imágenes sobre acontecimientos noticiosos.
María Teresa Urreiztieta, investigadora de la Universidad Simón Bolívar, presentó este martes una ponencia sobre la guerra psicológica como arma política. Lo hizo en las XI Jornadas de Investigación Humanística y Educativa UCV, que se desarrollarán esta semana en la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela. En ese contexto, Urreiztieta explicó que ambos sectores políticos se satanizan y denigran uno del otro con los “memes”, en una “guerra memética” en la que se emplean imágenes y frases para descalificar al contrario. Esos mensajes “son realmente crueles, despiadados, de degradación moral”, manifestó la investigadora.
El chavismo usa expresiones muy duras para referirse a la oposición, como “chukys”, fascistas, apátridas, expuso Urreiztieta; pero las de la oposición, para aludir al chavismo, no son menos duras, ya que se emplean términos como ignorantes, enchufados, arrodillados, tal como lo evidenció la investigadora. Igualmente mostró afiches sobre “la trilogía de mal” que cada sector hizo con los rostros más conocidos del bando contrario: el chavismo, con la exdiputada María Corina Machado como figura principal; la oposición, con el diputado Diosdado Cabello como objeto del encono. Como docente, llamó la atención acerca de la forma como se veja, se sataniza y se criminaliza, para buscar la deshumanización del actor político.
En su análisis sobre la guerra psicológica en el país entre 2011 y 2015, señaló que -en su criterio- es ejercida por parte del Gobierno, por parte de la oposición y por grupos anónimos. La guerra psicológica, definió, busca ganar la mente y el corazón del pueblo; tendría dos vertientes, ya que se persigue la conquista de la psiquis colectiva, con fines de dominio y control, así como quebrar al adversario político, tratado como enemigo.
ACCESO A LA INFORMACIÓN
Luisa Torrealba, profesora del Instituto de Investigaciones de la Comunicación de la UCV, abordó en su ponencia el acceso a la información pública en Venezuela. Recordó, en primer lugar, que la Constitución establece la obligación de las funcionarias y los funcionarios de responder, e indicó que el marco legal ha establecido normas contrarias a las garantías constitucionales.
Torrealba citó varias sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, en las cuales -según apuntó- se establecen requisitos para acceder a la información pública. Al dar detalles sobre los casos, la docente explicó que, al responder un recurso introducido por Espacio Público sobre el acceso a la información del Ministerio de Salud en materia de presupuesto para salud sexual y reproductiva, el TSJ habría alegado que el solicitante debe justificar por qué pide la información; además, estimó que esa solicitud de información recargaría innecesariamente el sistema de atención público.
Otro requerimiento acerca de las fallas en internet durante las protestas del año 2014, de acuerdo con Torrealba, obtuvo como respuesta que las telecomunicaciones eran un asunto de seguridad de Estado.
DEMOCRACIA Y DESCONFIANZA
El profesor Gabriel Morales expuso sobre la democracia en la era de la desconfianza, con base en los planteamientos del intelectual francés Pierre Rosanvallon. Puntualizó que estamos en sociedades en las que la confianza en los políticos está minada y estimó que el gran tema de este tiempo es desencanto por la democracia; aun cuando, precisó, el ideal democrático no tiene rival, las democracias que existen son fuertemente criticadas. De ellas se cuestionan, entre otras cosas, las promesas incumplidas.
Rosanvallon, según lo analizado por Morales, propone la contrademocracia, que no se queda en el voto, sino que incluye el ejercicio directo y participativo de los ciudadanos.