Unas dos mil veces ha temblado en Nicaragua desde que el jueves pasado un terremoto de magnitud 6.3 en la escala de Richter sacudiera a todo el país, causando daños materiales en casas, escuelas y otros edificios.
A raíz de las miles de réplicas que mantienen en alerta a la población, el gobierno de Nicaragua ha decidido mantener el apoyo a todas las familias que viven en la zona noroccidental del país, donde se ubicó el epicentro del poderoso movimiento telúrico.
Miles de familias fueron presas del pánico y el caos el jueves pasado en el departamento de Chinandega, donde se sintió con mayor fuerza el terremoto.
Todas las réplicas han superado los 4 grados en la escala de Richter, informaron las autoridades, quienes consideraron que seguirán temblando.
Rosario Murillo, la jefa del Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, de acuerdo a Prensa Latina, explicó que en la región del epicentro se ubican 32 comunidades donde viven unas 37 mil personas.
Los habitantes de la zona «están viviendo momentos de incertidumbre, temor, ansiedad» ante tantos movimientos telúricos, agregó Murillo.
El sábado, dijo Murillo, se enviaron brigadas médicas, que serán ampliadas, y varios ministros y funcionarios visitaron el área de Chinandega para mostrar su apoyo a las familias que allí residen.
La funcionario añadió que hay casas cuyos techos se afectaron seriamente, por lo que están proveyendo de lonas de plástico a los habitantes, y también se les están repartiendo cobijas y artículos para la higiene personal.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, giró instrucciones para que todos los hogares que han sido afectados por el sismo sean reparados tan pronto sea posible.
Igualmente, ordenó que se evalúen todos los edificios que albergan escuelas para determinar los daños y las necesidades. Es indispensable «que vayamos sobre todo recuperando tranquilidad, normalidad, nuestras rutinas cotidianas, y que el temor no se apodere de nosotros destructivamente», dijo Ortega.