Según informa el diario Excelsior, alrededor de 22 millones de personas en México padecen trastornos depresivos severos y algún tipo de enfermedad emocional asociada a este padecimiento, como insomnio, adicciones o desórdenes alimenticios, entre otros, según el Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS).
José de Jesús González Núñez, presidente de esta institución, comentó que esa cifra representa 20% de la población mexicana. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud informó que hay alrededor de 350 millones de personas en el mundo que presentan este tipo de padecimientos, por lo que alrededor de 873 mil personas recurren al recurso del suicidio cada año.
En México, únicamente 16% de la población ha acudido a algún tipo de ayuda psicológica, a lo que se suma el hecho de que son muy pocos los pacientes que han tomado un tratamiento de principio a fin, es decir, hasta solucionar el factor que lo aqueja.
Entre los factores por los que una mayoría de personas con estos padecimientos no va en busca de asistencia profesional, se encuentran diversos prejuicios y la falsa creencia de que el psicoanálisis es muy costoso o bien que se trata de una alternativa que ya ha sido rebasada en la medicina, lo cual es falso.
Vanessa Nahoul, coordinadora de la Comisión Editorial del Instituto, observó que quien padece de una depresión usualmente opta por resolver el problema mediante otras alternativas y advirtió que “el conflicto reside en que pueden depositar su estabilidad emocional en manos de gente poco profesional, lo cual pone en riesgo su salud mental; es decir, desde brujos, gente que se hace pasar por psicólogo, e incluso pueden caer en las manos de un grupo sectario».