Este viernes, el expiloto alemán Michael Schumacher cumple dos meses en coma tras el accidente de esquí sufrido en los Alpes, un periodo en que el entorno del ‘Hombre récord’ de la Fórmula-1 ha tratado de controlar las informaciones sobre su estado en medio de múltiples especulaciones.
La mánager del siete veces campeón del mundo, Sabine Kehm, la portavoz de la familia en este duro periodo, salió esta semana al paso a unas informaciones del semanario ‘Focus’, según las cuales el equipo médico había interrumpido el proceso para despertarle del coma.
El pasado 22 de febrero, el piloto brasileño de Fórmula 1 Felipe Massa aseguró al diario alemán Bild que su amigo y ex compañero Michael Schumacher tuvo «algunas reacciones» cuando fue a visitarlo al hospital donde se encuentra ingresado en Grenoble (Francia), tras un grave accidente de esquí.
Schumacher «duerme, tiene un aspecto normal y mostró algunas reacciones con la boca», declaró al diario el piloto brasileño, que fue compañero del alemán en la escudería Ferrari en 2006.
«Me alegró mucho pasar un buen rato con él. Le hablé mucho de cómo iban las cosas en el equipo, del nuevo coche», contó el piloto, que ahora milita en las filas de Williams-Mercedes.
«He intentado darle la mejor energía posible (…) Es una persona muy fuerte y espero de verdad que pueda en un momento dado saborear de nuevo su existencia», añadió Massa.
El 29 de diciembre, el heptacampeón del mundo de Fórmula 1, de 45 años, sufrió una caída cuando esquiaba en compañía de su hijo y unos amigos en la estación alpina de Meribel (Francia), y se dio con una roca en la cabeza.
Al ingresar en el hospital de Grenoble, el piloto más laureado de la historia de la Fórmula 1 sufría lesiones craneales «difusas y serias», y fue puesto en coma inducido. Actualmente está en fase de despertar progresivo.