La Guardia Civil de España detuvo el pasado miércoles a Rafael Sansó. R., sacerdote responsable de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción en Vilafamés, tras incautarle en su computador personal más de 21 mil archivos de niños y bebés en actitud sexual explícita.
El párroco fue puesto a disposición judicial durante la mañana de ayer viernes y se le imputó el delito de distribución de pornografía infantil a través de internet. No obstante, la juez del juzgado de Instrucción número 2 de Castellón, acordó la libertad provisional de Rafael Sansó, por considerar que no existía riesgo alguno de fuga y le impuso comparecer ante el juzgado cada 15 días.
El fiscal Francisco Sanahuja, que condujo la investigación del caso, solicitó al juez el ingreso a prisión y sin fianza del párroco, pero su solicitud fue rechazada, por lo que el Ministerio Público interpondrá un recurso en contra de esta resolución.
«La gravedad de los hechos y del contenido de las fotos que el cura, presuntamente, distribuía desde el ordenador que tenía en la parroquia, aconseja su ingreso en prisión», indicó el Fiscal, tras anunciar su intención de presentar un recurso de revocatoria de esta medida el próximo lunes.
La alcaldesa de Vilafamés y el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López, se pronunciaron ayer acerca de la gravedad de los hechos que se le imputan al párroco Rafael Sansó, quien fue suspendido cautelarmente de todos sus cargos, así como del ejercicio del orden sacerdotal para evitar el escándalo de los fieles.
Durante las más de 72 horas que permaneció bajo arresto el sacerdote imputado, fue sometido a diversos interrogatorios por parte de los efectivos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Castellón, en los que tuvo que explicar cómo, porqué y con qué fin ocultaba fotos y vídeos pornográficos de niños menores de 13 años en el ordenador que tenía en la iglesia.