Encarnizados combates en el sur de filipinas entre rebeldes musulmanes y soldados dejaron un saldo de 12 muertos, de ellos 10 insurgentes y dos militares, además de numerosos heridos, informaron fuentes castrenses.
El capitán del Ejército filipino Jefferson Mamauag manifestó que esas acciones, en las que resultaron heridos 28 uniformados, se dieron como parte de una ofensiva de las fuerzas gubernamentales para capturar a líderes rebeldes.
Las operaciones contra esos elementos siguen en curso, indicó por su parte el comandante militar de la isla Basilan, brigadier general Carlito Galvez.
Grupos islámicos separatistas que operan en el sur filipino, como el Abu Sayyaf, son acusados por el gobierno de practicar sistemáticos robos y secuestros de personas. Tales acciones ocurren luego de que el 27 de marzo pasado el presidente de Filipinas, Benigno Aquino, y el jefe del Frente Moro Islámico de Liberación (FMIL), Murad Ebrahim, suscribieron un acuerdo de paz que pone fin a uno de los más sangrientos conflictos de este país asiático.
El pacto establece, entre otros acápites, que la insurgencia musulmana entregará las armas en poder de sus combatientes a cambio de que se le conceda una región semiautónoma en la sureña isla de Mindanao.
Según fuentes oficiales, las violentas acciones islámicas, que dieron inicio en los años 70 del pasado siglo, causaron más de 150 mil muertes.