Representantes de la ONU advirtieron este viernes que la evacuación de grupos étnicos-religiosos anunciada para la República Centroafricana debe ser por sus riesgos una medida de último recurso.
Relatores especiales sobre los derechos de las personas desplazadas alertaron que esos traslados deben hacerse caso por caso, con el consentimiento de los afectados y de acuerdo con las normas internacionales.
Uno de los expertos, Chaloka Beyani aseguró que una evacuación sólo debe llevarse a cabo en caso de que sea absolutamente necesario para salvar vidas, pero ésta debe ser sólo de corto plazo y con perspectiva de retorno a los hogares.
Los relatores afirmaron que, sea porque se se quedan o porque son trasladadas, esas personas deben ser protegidas con urgencia y consultadas sobre lo que les ocurrirá a corto, mediano y largo plazo.
Las declaraciones de los representantes del organismo mundial siguieron al anuncio a principios de mes del Alto Comisionado del organismo mundial para los Refugiados respecto a que comenzaría a evacuar y a reubicar a unos 19 mil centroafricanos.
Los ciudadanos de ese país objeto de esa medida son de confesión islámica y están en peligro de ser ultimados por las milicias civiles cristianas que operan bajo el nombre de «Anti-Balakas», opuestas a las de la coalición opositora cristiana Seleka.
Esa última agrupación de milicias, que tomó el poder mediante una ofensiva militar en marzo del pasado año, enfrenta a las comunidades cristianas en cruentas acciones que son condenadas por la comunidad internacional.
La violencia -que acumula dos mil muertos, 760 mil desplazados internos y más de 300 mil refugiados- provocó la intervención de unos seis mil soldados panafricanos y europeos, mientras el Consejo de Seguridad autorizó el despliegue de 12 mil cascos azules.