Los daños físicos y psicológicos son más severos| Acoso escolar ‘pasa factura’ a largo plazo sobre salud de víctimas

Un estudio realizado en la Universidad de Duke en Estados Unidos reveló que el acoso escolar o bullying genera secuelas físicas a largo plazo como inflamación, dolor y más predisposición a caer enfermos, además del impacto sobre la salud mental de las víctimas. Y paradójicamente, los hostigadores experimentan beneficios en su salud al ascender su estatus social a través de la intimidación.

No es éste el primer trabajo que asocia el acoso escolar con un deterioro a largo plazo de la salud de las víctimas. Estudios anteriores ya habían sugerido que las víctimas de acoso infantil sufren secuelas sociales y emocionales en la edad adulta, como un mayor riesgo de ansiedad y la depresión.

Sin embargo, se sospechaba que los niños intimidados también presentaban problemas de salud más física, como dolor y enfermedad. De hecho, un reciente trabajo del Hospital Infantil de Boston (EE.UU.) publicado en Pediatrics advertía hace un par de meses que las secuelas del bullying se prolongan durante la vida de la persona acosada. Y, cuanto más largo y peor haya sido dicho acoso, más grave y duradero será el impacto en la salud de un niño, aseguraba el informe.

La investigación demostraba que el acoso escolar a largo plazo tiene un impacto severo sobre la salud del niño y que sus efectos negativos se pueden acumular y empeorar con el tiempo.

En el trabajo de la Universidad de Dukese que ahora se publica en PNAS, se constatan las consecuencias biológicas de la intimidación identificadas a través de un marcador físico, como es la inflamación. Según el coordinador del trabajo, William E. Copeland, «cuantificar la inflamación nos ofrece un mecanismo de cómo la violencia infantil puede afectar al funcionamiento de la salud a largo plazo».

Se trataba, apunta Copeland, de comprender cómo el acoso escolar puede tener un impacto más tangible sobre la salud de sus víctimas cuando sean adultos. Para ello, los investigadores han empleado los datos del «Great Smoky Mountains Study», un estudio poblacional con información de mil 420 personas obtenido durante más de 20 años.

Los sujetos fueron seleccionados al azar para participar en el análisis prospectivo, por lo que no tenían un mayor riesgo de enfermedad mental o de haber sufrido acoso.

Fuente y Foto/TeleSur