Después de tres intensos días en los que se realizaron aproximadamente más de 70 proyecciones en ocho salas, más una docena de foros y conversatorios, ayer concluyó otra etapa del décimo Festival de Cine de Mérida, que en esta oportunidad contó con 12 largometrajes en competencia, la mayoría de ellos óperas prima, y otras ocho muestras complementarias.
Par esta noche en el Centro Cultural Tulio Febres Cordero, está pautada la ceremonia de clausura del certamen donde se conocerán a las ganadoras y los ganadores de unas 15 categorías. Igualmente, hoy se conocerán los mejores trabajos de la octava edición del Maratón Cine Átomo Continental (trabajos realizados en un solo plano secuencia de un minuto de duración) y los de dos nuevas competencias estudiantiles creadas para premiar a universidades con la mejor muestra de cortometrajes, y a la mejor tesis de grado con trabajo audiovisual.
Durante una rueda de prensa celebrada ayer en la mañana, la guionista venezolana, Sonia Chocrón y el realizador argentino Julián Gil, ambos integrantes del jurado para la competencia oficial, calificaron al conjunto de obras postuladas como una muestra “de la buena calidad”, que está a la altura “de la cinematografía mundial”, opinó la escritora.
En conversación con el Correo del Orinoco, Gil confesó que antes de llegar a Mérida solo tenía “buenas referencias” de otros realizadores sobre el cine venezolano. Ahora, luego de ver la mayoría de las obras el certamen oficial, encontró una buena dirección de actores, buena puesta en escena buen nivel técnico, en líneas generales
“El cine venezolano está bastante mejor parado de lo que esperaba. No era que tuviera una idea preconcebida. Antes de formarme una opinión, necesitaba verlo. Y ahora que lo estoy viendo, me parece que es bastante profesional y muy completo”, aclaró el invitado internacional.
En comparación con el cine Argentino, Gil consideró que estaban a la par. Incluso, agregó que las películas de su país, generalmente tienen una buena idea o convocan a muy buenos elencos, “pero a veces no esta bien llevada a cabo la realización de la película. Las que he visto de acá me parece que están muy bien llevadas a cabo”, insistió.
Además de Chocrón y Gil, el cuerpo evaluador lo completan los nacionales Román Chalbaud y Camilo Camilo Pineda, junto al realizador chileno Boris Quercia, quienes no pudieron asistir a la conferencia de prensa por estar involucrados con otras actividades del festival.
PRONÓSTICO ALENTADOR
En la muestra competitiva Universidad Audiovisual participan en bloque cortometrajes de siete instituciones educativas del país donde se imparte formación en está área creativa. En esta primera versión de la justa participan las universidades de Yacambú (Lara), la Arturo Michelena (Carabobo), la Rafael Belloso Chacín (Zulia), la Central de Venezuela (Caracas), la Escuela Nacional de Cine (Caracas), la Bicentenaria de Aragua y la Universidad de Los Andes (Mérida).
El dramaturgo, docente y actor, Javier Vidal, jurado de esta sección junto al realizador Diego Rísquez, consideró que en la muestra se aprecia una buena calidad de realización, lo cual permite vislumbrar un futuro “muy alentador” para la cinematografía nacional, al menos en cuanto a la forma.
Sin embargo, tanto Vidal como Rísquez, encontraron en los futuros realizadores venezolanos una especie de reserva que los ata a lo convencional y los aleja de la experimentación.
A decir del actor y de acuerdo con el cineasta, cuando se está en la etapa universitaria es el mejor momento para experimentar, para aventurarse en un cine de vanguardia y explorar nuevas formas que respondan únicamente al interés creativo. Por el contrario, en una escala profesional, es necesario considerar otros factores que, de alguna u otra manera, exigen algunas formalidades.
“Es la juventud la que puede marcar cambios consustanciales de temáticas y contenido. Claro, también depende mucho de los maestros que suelen moldear a los alumnos. Habría que ver si se puede hacer una revisión desde este punto de vista. Pero estas cosas son generacionales también”, señaló Vidal.
Tanto Ríquez como Vidal opinaron que en los trabajos evaluados “posiblemente haya una debilidad” en cuanto a los contenidos, que quizás requieran de “una reorientación y reformulación de las temáticas” que, si bien son variadas, reflejan casi los mismos asuntos del cine venezolano contemporáneo.
“Claro, esa es solo una observación muy personal. Creo que los futuros realizadores no están equivocados”, declaró Vidal.