Fue siempre un defensor de los derechos humanos|Julio Cortázar, el escritor centenario

Hoy se celebra el centenario del nacimiento de uno de los grandes escritores de la literatura latinoamericana: Julio Cortázar. El gran cronopio es uno de los autores más reconocidos de este continente por su maestría con el lenguaje y el estilo único con que matizó sus creaciones. Fue siempre un defensor de los derechos humanos.

Este acontecimiento será festejado en Argentina durante esta semana, con muestras, jornadas y películas que invitarán a transitar distintas facetas de su mundo literario, así como la inauguración de un monumento en su honor, reseñó el diario La Jornada de México en su portal web.

En ese sentido, hoy se abrirá la exposición Los otros cielos, en el marco del llamado Año Cortázar 2014, declarado por el Estado argentino para rendirle tributo al escritor. La muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires se propone atravesar la vida y obra del autor a partir de su colección personal, integrada por material fotográfico y fílmico, correspondencia y documentación.

Se inaugurará en el mismo lugar la exhibición Los fotógrafos: ventanas a Julio Cortázar, que se propone mostrar la figura del autor, según la mirada de profesionales de la lente como el español Antonio Gálvez y las argentinas Sara Facio y Alicia D’Amico.

ACTIVIDADES EN TODA ARGENTINA

Rayuela, una muestra para armar es el título de la instalación organizada en el Museo del Libro y de la Lengua, la cual invita a recorrer de una forma lúdica tableros que simbolizan la manera como Cortázar escribió una de sus obras más emblemáticas.

En ese mismo museo, se realizará un ciclo de jazz en el que reconocidos músicos interpretarán parte del repertorio que tanto disfrutaba el autor y también se exhibirá el cortometraje Los artistas solo cuentan con las estrellas.

En la Biblioteca Nacional de Argentina se llevarán a cabo las jornadas internacionales Lecturas y relecturas de Julio Cortázar, en las que participarán biógrafos del escritor, así como otros autores argentinos y extranjeros.

El cumpleaños de Cortázar es el pretexto ideal para estrenar la película Historias de cronopios y de famas, que fue dirigida por Julio Ludueña, con la participación de los pintores contemporáneos más importantes de Argentina.

En las regiones de Argentina también habrá festejos. Se efectuarán tributos en Mendoza, Bolívar y Azul, y en provincias que apenas visitó, como Salta.

Francia, el país que Cortázar eligió para vivir a partir de 1951, no podía quedar fuera de las celebraciones, así que la Alianza Francesa montará la muestra Cortázar, en líneas, en la que se exhibirá la pasión que siempre sintió por París y que plasmó en su obra.

ROMPIÓ ESQUEMAS

Julio Cortázar nació el 26 de agosto de 1914 en Bélgica. Es considerado uno de los escritores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del cuento, la prosa poética y la narración breve en general, se puede leer en una biografía en la página web del Celarg.

Es creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en Latinoamérica, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal y donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad psicológica pocas veces vista hasta entonces.

Conoció, gracias a su madre, al escritor a quien admiraría por el resto de su vida: Julio Verne. Cortázar fue un niño con tendencia a enfermarse y pasó mucho tiempo en cama, por lo que la lectura fue su gran compañera. Su madre le seleccionaba lo que podía leer, convirtiéndose en la gran iniciadora de su camino de lector, primero, y de escritor después.

LE GUSTÓ LA ENSEÑANZA

Dictó clases en las localidades de Bolívar y, luego, en Chivilcoy. Vivió en cuartos solitarios de pensiones, aprovechando todo el tiempo libre para leer y escribir. En el año 1938, con una tirada de 250 ejemplares, Julio Cortázar editó el poemario Presencia, bajo el seudónimo de Julio Denis.

A partir de julio de 1944, enseñó en Mendoza literatura francesa y de Europa Septentrional en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo.

Pocos meses después, renunció a su cargo y se empleó en la Cámara del Libro en Buenos Aires y realizó trabajos de traducción. En 1951, a los 37 años de edad, se instaló definitivamente en París. Obtuvo trabajo de traductor en la Unesco y de ello vivió varios años.

POR LOS DERECHOS HUMANOS

Cortázar no fue un escritor solamente. Se trató de una persona siempre vinculada a la lucha por los derechos humanos.

Los derechos de autor de varias de sus obras fueron donados para ayudar a los presos políticos de varios países, entre ellos Argentina. Fue miembro del Tribunal Bertrand Russell II reunido en Roma para examinar la situación política en América Latina, en particular las violaciones de los derechos humanos.

En agosto de 1981 sufrió una hemorragia gástrica y salvó su vida por milagro. Dos años después, vuelta la democracia en Argentina, Cortázar hace un último viaje a su patria, donde es recibido cálidamente por sus admiradores, que lo paran en la calle y le piden autógrafos, en contraste con la indiferencia de las autoridades nacionales. Después de visitar a varios amigos, regresa a París.

Julio Cortázar murió el 12 de febrero de 1984 a causa de una leucemia. Fue enterrado en el cementerio de Montparnasse. Es tradicional dejar una copa o un vaso de vino y una hoja de papel o un tiquete de metro con una rayuela dibujada junto a la tumba de Cortázar.

BIBLIOGRAFÍA QUE HAY QUE LEER

La bibliografía de Julio Cortázar es extensa y de altura. Sin duda, la joya de su corona es Rayuela, el libro por el cual es más reconocido y que fue escrito en el año 1963.

Además de esta, Cortázar tiene una gama de textos que hay que leer. Con el que debutó, en 1938, se llama Presencia, en el que mostró luces de esa capacidad literaria que lo caracterizó toda la vida. Esos primeros años de creación, el autor argentino dio vida a los libros La otra orilla (1945), Los reyes ( 1949), Bestiario ( 1951), Final del juego ( 1956) y Las armas secretas ( 1959). Después, la década de los 60 la abrió con la aparición de Los premios ( 1960) y, dos años después, publicó otro de los tres textos que le dieron reconocimiento universal: Historias de cronopios y de famas (1962). Se trató de un período bastante prolífico en el que salieron a la luz la ya citada Rayuela, La autopista del Sur ( 1964), La vuelta al día en ochenta mundos (1967) y 62/modelo para armar (1968).

Entre 1970 y 1985 hay otro grupo de libros interesantes y que ya forman parte de la madurez del autor. Entre ellos están La isla a mediodía y otros relatos (1971), Libro de Manuel (1973), Fantomas contra los vampiros multinacionales (1975), Un tal Lucas (1979), Queremos tanto a Glenda (1980) y Deshoras (1982).

Texto y foto/Ciudad CCS