La orientación de los padres y representantes debe jugar un papel de suma importancia en la formación, educación e inculcar los valores éticos-morales que están obligados de imponer entre la familia y especialmente a esa juventud que vertiginosamente surge en nuestro país; estas reflexiones son a propósito de la alarmante y grave participación de los adolescentes en los hechos de sangre, drogas robos, arrebatones, alcoholismo y asesinatos, trayendo como consecuencias encarcelamientos o muertes.
Si analizamos las estadísticas e informaciones de los medios de comunicación social, podemos constatar que el 60% de jóvenes se encuentra involucrado en la gran mayoría de estos hechos.
Según informaciones, las bandas organizadas utilizan a estos jóvenes como carne de cañón para que actúen en estos actos ilícitos, porque las leyes venezolanas, entre ellas la Lopna, protegen a estos menores de edad y el castigo es leve y donde el pran garantiza a la familia del adolescente (para comprometerlos a participar en hechos irregulares) protección y recursos económicos mientras el joven se encuentra entre rejas; por lo tanto, estos descuidos o desinterés hacia los hijos contribuyen gradualmente a la deformación de la familia.
Antes nuestros padres al comprobar que los hijos aparecían con recursos económicos o artículos, equivalentes a los de hoy como teléfonos celulares, laptops, tabletas, televisores pantalla plana, reproductores mp3, entre otros, los obligaban a confesar de dónde provenían los mismos y al no demostrar la procedencia, la paliza era fuerte o el castigo involucraba suspender las salidas por un lapso determinado.
Ahora los padres son más permisivos y hasta motivan estos hechos al extremo de estimularlos a seguir con estas dañinas prácticas.
Por lo antes señalado, señores padres y representantes, por favor controlen mas a profundidad y supervisen a sus hijas e hijos. No dejen que impere la deformación juvenil y los conviertan en drogadictos, asaltantes o potenciales asesinos.
Por ello debemos de contribuir con cariño, con amor, con compresión y buenos modales para enrumbarlos hacia los caminos correctos de honestidad, pulcritud y buenos principios. ¡Seamos más responsables y lo más importante mejores padres!