Por Pablo Fernández B|Plan Desarme: algunos comentarios (Opinión)

El anuncio del Plan de Desarme constituye una buena noticia, a más de un año de que se aprobó la Ley para el Desarme y Control de Armas y Municiones (Ldcam). Esta es una decisión que debemos aplaudir al presidente Nicolás Maduro. Llega en un momento en el cual debemos unirnos en torno al tema de la paz y la convivencia en el país. En esto el desarme es un punto innegociable.

Destaco como positivo que se consideren diversos tipos de incentivos y que los mismos vayan orientados a temas vinculados con el estudio, la atención de salud, el apoyo a iniciativas socio-productivas. Esto va en sintonía con el sondeo que realizó en su oportunidad la Codesarme.

Genera dudas la entrega de armas sin anonimato, planteada por el Ministro del Interior. La Ldcam establece en el Artículo 84 la entrega voluntaria y anónima de armas de fuego y municiones que estén en posesión de personas naturales y jurídicas.

El anonimato es clave para garantizar confiabilidad en la entrega, especialmente a personas que pudieran tener conflictos con la ley penal.

Genera inquietud que se haya decidido optar por instalaciones militares o de organismos de seguridad para la recepción de las armas. Las experiencias analizadas en otros países dan cuenta de que esto genera mayor temor y resistencia a la entrega de las armas, afectando el proceso y el objetivo buscado.

Debemos destacar la inutilización de las armas recabadas, tal como lo manda el Artículo 86 de la Ldcam. Las mismas deben inutilizarse delante de quien las entrega. Caso contrario, no se generará la confianza necesaria en la población.

Finalmente, lamento que el tema medular de la eliminación de los portes de armas siga postergándose, si bien se ha anunciado en tres oportunidades. Lo cierto es que no se concreta, y dudo que se concrete.

Eliminar portes de armas toca múltiples intereses (económicos y de control); va a contrapelo de quienes defienden las tesis armamentistas en Venezuela y que cuentan con un poder significativo. Creo que el único que estuvo suficientemente convencido para dar ese paso necesario hacia el desarme total fue el presidente Hugo Chávez, pero su lamentable partida le quitó al desarme su mayor promotor y defensor en una fase de definiciones importantes.

Esperemos que se aplique este plan, con todo y las observaciones que podamos tenerle. Solo su evaluación posterior, en un lapso quizás de tres meses, sincera y objetivamente podrá dar luces sobre lo que habrá que mejorar.

pabloefb@yahoo.com