Una delegación del Gobierno cubano encabezada por la Contralora y vicepresidenta del Consejo de Estado, Gladys Bejarano, condenó el asesinato del diputado venezolano Robert Serra y de su compañera María Herrera, hecho ocurrido el pasado 1 de octubre.
«Hemos venido para dejar plasmadas nuestras condolencias por la pérdida de un joven con una gran madurez en sus ideas políticas, con una claridad en el proceso de su pueblo y de lo que todavía hay que desarrollar, razones precisamente por las que lo mataron, porque es un líder de la juventud», declaró Bejerano ante un grupo de periodistas en la sede de la Embajada de Venezuela en La Habana, Cuba.
Bejarano señaló que el pueblo cubano ha pasado por etapas como estas, porque «el enemigo siempre actúa de esa manera»; sin embargo, manifestó que ven con mucho orgullo la actuación del pueblo cubano «como le enseñó el Comandante (Hugo) Chávez a repudiar, a mantenerse firme y a demostrar que la Revolución Bolivariana va a seguir hacia adelante», cita una nota de prensa de la cancillería venezolana.
La delegación de alto nivel estuvo integrada además por la vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Ana María Mari Machado; por el vicecanciller, Rogelio Sierra; y por la presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales del parlamento cubano, Yolanda Ferrer, quienes firmaron el libro de condolencias en nombre del pueblo de Cuba, ratificando su solidaridad y apoyo con la Revolución Bolivariana.
En el libro de condolencias también plasmaron sus rubricas miembros del secretariado nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), de las Naciones Unidas en Cuba, de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el Comité Internacional por la Libertad de los cinco antiterroristas cubanos y otras organizaciones de solidaridad con Venezuela, así como los representantes de las embajadas de Haití, Estonia, Nigeria, Indonesia, Trinidad y Tobago, Burkina Faso, China, Vietnam, Laos, República Árabe Sarahui, Palestina, Turquía y de otras misiones diplomáticas acreditadas en Cuba.
La comitiva cubana fue recibida por el embajador de Venezuela, Alí Rodríguez Araque, quien expresó que «Serra se convirtió en un símbolo para la juventud revolucionaria y consciente, que se identifica profundamente con los intereses del pueblo, obviamente que eso lo llevó a asumir posiciones muy firmes, claramente definidas y eso lo convirtió en un objetivo para los sectores ultrarreaccionarios tanto en Venezuela como fuera del país».
Destacó, además, que «lo significativo desde el punto de vista político es que quieren atemorizar a los sectores de la juventud venezolana, pero como lo han demostrado los hechos, lejos de atemorizar han provocado una reacción, no solamente entre los jóvenes sino en todo el pueblo venezolano».