El presidente de China, Xi Jinping, anunció este sábado el compromiso de su país de contribuir con 40.000 millones de dólares para un fondo destinado a la creación de un cinturón económico en la Ruta de la Seda.
Durante un diálogo con líderes asiáticos, el jefe de Estado dijo que el objetivo es acabar con el cuello de botella existente en la conectividad en Asia.
Xi Jinping expresó que ese fondo estará abierto a todos e invitó a inversionistas de Asia y de otras regiones a participar activamente en este proyecto.
En el encuentro estuvieron presentes dirigentes de Bangladesh, Cambodia, Laos, Mongolia, Myanmar, Pakistán y Tayikistán, así como representantes de la Comisión Económica y Social de Naciones Unidas para Asia-Pacífico y de la Organización de Cooperación de Shanghai.
China ha propuesto relanzar la antigua ruta comercial de la seda para favorecer la integración económica y la cooperación entre los países asiáticos y europeos.
Se ha señalado que el fondo serviría para construir y mejorar vías férreas, carreteras y oleoductos en provincias claves para recrear el antiguo corredor comercial, por donde transitaban siglos atrás las mercancías de los antiguos reinos de Asia, Europa y Oriente Medio, indicó Granma.
La milenaria Ruta de la Seda se extendía desde lo que hoy es Xi’an, en China; Antioquía, en Siria; y Constantinopla (Estambul, Turquía) hasta las puertas de Europa, y llegaba hasta los reinos hispánicos en el siglo XV. Debe su nombre a la mercancía más prestigiosa que circulaba en ella, la seda, y cuya elaboración era un secreto que solo los chinos conocían.
Durante mucho tiempo, esta fue una de las principales vías del comercio mundial y por ella transitaban productos muy variados: piedras y metales preciosos, telas, ámbar, marfil, especias, vidrio, materiales manufacturados y coral, entre otros.
Ahora, los chinos buscan reiventarla al incluir ferrocarriles de alta velocidad y modernas autopistas. El corredor empezaría en China central y seguiría hacia el norte de Irán para luego dirigirse al oeste y continuar a través de Irak, Siria y Turquía hacia Europa, donde pasaría por Bulgaria, Rumania, República Checa, Alemania y Países Bajos, y luego hacia el sur hasta Italia. En este punto se uniría a una Ruta de la Seda marítima.
Este llamado cinturón económico comprendería un área que agrupa a casi la mitad de la Humanidad (3.000 millones de personas) y facilitaría el intercambio de recursos energéticos, tecnológicos y artesanales entre los pueblos que atraviesa.