Por su “honda fibra humana” describió los malestares sociales que sufría el país|Personajes de las novelas de Gallegos reflejan la realidad de la Venezuela que le tocó vivir

Motivado por el propósito de hacer una reconstrucción “genético histórica” del pensamiento del novelista y político Rómulo Gallegos, el escritor y filósofo Nelson Guzmán exploró la relación entre violencia y modernidad en la obra del autor de Doña Bárbara en una conferencia en la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg).

Guzmán explicó que la violencia en Venezuela se expresó en un primer término en la conquista y la colonización del país, en el proceso de independencia y en las guerras civiles. En ese sentido, apuntó que los personajes de Gallegos “no son tratados en el aire” sino que tienen una relación directa con el medio histórico social propio de la Venezuela de entonces, que estaba sometida a las “dictaduras militares, al atraso, a las enfermedades, a la soledad del llano”. Por ello, aseveró que los personajes de sus novelas reflejan la realidad de la nación que le tocó vivir.

Cuadernos de Torrealba

Guzmán señaló que la pluma de Gallegos recreó obras “extraordinarias”, a partir de un libro, “en verdad, un conjunto de cuadernos, que lo influyeron mucho”. Se trata del “Diario de un llanero, escrito por Antonio José Torrealba, quien fue dueño de hacienda y “por los desniveles que sufrió en su vida, también fue peón”. En sus escritos “recogió lo medular del llano”.

Fue tal la influencia, subrayó, que Gallegos llegó a “entender el llano en una dimensión extraordinaria”, de hecho “no estuvo más de 15 días en el llano para escribir Doña Barbara”. Cuando inició “ese camino monumental de llevar a cabo su gran obra lo hizo de manera magistral”, porque “conoce, tiene un diagnóstico de la totalidad social del mundo, el cual él va a versar”.

“TECLAS PARA MANDONEAR A LOS HOMBRES”

Guzmán sostuvo que algunos entendidos señalan que Doña Barbara “no fue otra que Pancha Vásquez”, que es un personaje “duro, rudimentario, de gran carácter” y fue una muchacha que a los 15 años “fue violada en una piragua”. La situación vivida por ese personaje refleja como la mujer era muy maltratada, dijo el filósofo.

De hecho al mencionar los derechos de la mujer para esa época, indicó que a finales del año 1945 y comienzos de 1946, es “cuando se da el voto universal directo y secreto a las mujeres” aunque también a los hombres, porque las elecciones eran “de segundo grado”.

Por esa razón, Guzmán aseguró que Doña Barbara en verdad representa “una contestación al maltrato de una sociedad feudal”, y significa la redimensión del lenguaje, ya que se trata de una mujer que ha descubierto “las teclas desde donde mandonear a los hombres”.

Esas teclas, señaló, nacen del “propio machismo” de los hombres, incluso, aseguró que Doña Barbara “nunca fue escogida por un hombre”, ya que a partir de su violación “ella escogió siempre a sus hombres” y los “utilizó cómo le dio la gana”.

EL TIEMPO LARGO DEL LLANO

Sobre la obra Cantaclaro, Guzmán señaló que el personaje central era Florentino Coronado “un coplero extraordinario, de verso y palabra fácil”. En esta obra, “Gallego no hace otra cosa que recoger las historias de Florentino y el Diablo”. Recordó que esta obra también recrea los personajes de la Llorona, la Sayona y el doctor Payara.

“El asunto es que Gallegos rastrea el zócalo de la memoria de Venezuela, cómo son sus hombres, que piensan. Se trata de un país latifundista, los espacios en el llano eran muy grandes”, agregó.

Guzmán expresó que al leer la novela Cantaclaro viene a la mente “ese tiempo largo del llano”, que es ese tiempo donde “los hombres se pierden en el cavilar, se hunden en el soliloquio, se hunden en el diálogo interior”.

“Es ese tiempo, donde las pasiones más turbulentas en aquellas soledades pueden atacar a un hombre”, expresó.

Para ilustrar la situación, mencionó el caso del personaje del doctor Payara: “Llega un momento que su hija Rosángeles, le dice que: si usted no fuera mi papa, yo me enamoraría de usted”. Sin ninguna “duda, había una atracción”. Pero, nada sucede por la recia contextura moral de Payara.

FRACTURAS DEL ALMA

A propósito de todas esas situaciones, Guzmán afirmó que las obras de Gallegos plantean “las fracturas del alma humana”. Los personajes del escritor venezolano encarnan su filosofía, “su pasión pedagógica, su construcción de la democracia”. Por esa razón, sostuvo que al mencionar a Gallego “hay que hablar de la política, de la pedagogía, de la didáctica y de un elemento que traspasa toda la obra de Gallegos: es el ideal civilizador”.

En su conferencia, al retrotraerse en el tiempo, manifestó que en el año 1950, Marcos Pérez Jiménez “un poco crispado por el discurso de Gallegos”, contrató al famoso novelista Camilo José Cela, “al que le paga tres millones de pesetas, para que escriba una obra superior a Doña Barbara”, con la finalidad de “minimizar en esa época a Doña Barbara, a Gallegos y al discurso de la democracia”.

Efectivamente, comentó que Cela escribió la obra que se titula La Catira, cuyo personaje central es Pipia Sánchez, quien “le mete un tiro entre el entrecejo a su padre”. Minutos antes había contraído matrimonio, pero “su marido murió en las manos de su padre”, contó. Al catalogar estos hechos, señaló que se trata de la “reciedumbre de las pasiones del hombre”.

SOBRE LA MISMA TIERRA

También comentó que el titulo de la novela Sobre la misma tierra, hace referencia al regreso de Rómulo Gallegos al país luego de 10 años de exilio, a raíz de la caída de Marcos Pérez Jiménez: “Retorna a Venezuela, con el cadáver de su esposa Teotiste y Sonia Gallegos que era su hija, a quien le tomó la mano y le dijo: Hija, al fin, sobre la misma tierra”.

Guzmán afirmó que por esa “honda fibra humana que tuvo Gallegos, no hace otra cosa que describir los malestares sociales que vivía Venezuela en esa época”.

SIRIOS Y TROYANOS

El escritor Nelson Guzmán estimó que permanentemente los venezolanos “nos estamos interpelando sobre nuestras propias creaciones”, en un país “profundamente tocado en la fibra política”.

Aseguró que “aquí siempre ha habido tirios y troyanos”, y es un hecho esencial que esas diferencias persistan permanentemente “contra la concordia democrática”, porque “la historia es infinita y no tiene un solo punto de vista”.

T/ Leida Medina
F/ Roberto Gil
Caracas