Los paisajes y la cotidianidad del llano venezolano se exhiben en el Palacio Municipal de Caracas con la muestra La mirada campesina. Más de 20 fotos reúne esta exposición del Núcleo Fotosensible, escuela invitada al Mes de la Foto 2014, organizado por la Alianza Francesa en Venezuela.
Rodrigo Benavides, director de la escuela, refirió que esta muestra es el resultado de un taller fotográfico que realizaron en el año 2009 en la comunidad de Santa Inés, ubicada en el estado Barinas.
“Esto fue un trabajo de campo que inicié con mi esposa e hijos en esta comunidad bellísima. Una vez instalados en el lugar tuvimos una convocatoria de 15 personas que fueron las participantes del taller”, detalló el fotógrafo.
Benavides precisó que el llamado lo atendieron mujeres, hombres, niñas, niños y adolescentes que tuvieron la inquietud de capturar imágenes de su día a día mediante un lente fotográfico. Una de las características primordiales del taller fue la diversidad de miradas que se encontraron en un mismo punto, pero con visiones distintas.
“Toda esta iniciativa, prácticamente, fue un proyecto de aproximación socio-cultural”, comentó Benavides, en el que le relató a las y los participantes del taller su experiencia para el libro de fotografías La llanura improsulta.
El creador aclaró que el objetivo de compartir su trabajo fue para brindarle herramientas y elementos a las alumnas y a los alumnos sobre el uso de la cámara y el paisaje.
DIÁLOGO
Rodrigo Benavides sostuvo que con el taller lograron alcanzar un trabajo de precisión, pese a que se capturaron las imágenes con cámaras sencillas de plástico.
El Hato Chaparrito fue el espacio utilizado por el fotógrafo para dar la inducción a las y los participantes. “Fue una experiencia muy buena. Compartimos un día completo en este lugar y desde ese momento comenzaron a hacer las fotos que querían”, señaló.
Benavides insistió que lo interesante de este proyecto es que se trata de una labor de arraigo llanero, es decir, que las y los habitantes de este lugar muestran su universo cultural: “Este proyecto no se hizo bajo un referente artístico sino bajo una dinámica fot ográfica directa, sin darle mucha vuelta, fue un trabajo al grano”.
Para el creador, una de las grandes satisfacciones del taller es que la fotos que se lograron son muy representativas del llano.
Recalcó: “Uno de los aspectos interesantes de estas imágenes es que quizás un caraqueño no hubiese captado la idea como lo hicieron estas personas que viven en Santa Inés”.
Benavides explicó que a todo este producto final se llegó porque hubo una consciencia al momento de definir la luz, la distancia, la altura y otros elementos del paisaje.
TRABAJO EN CONJUNTO
Rodrigo Benavides enfatizó que la selección de las imágenes fue una labor en conjunto. “Nos satisface destacar esto, ya que por lo general la selección de las fotos es de otra manera”, sostuvo.
El artista mencionó que las imágenes que se exhiben en el Palacio Municipal fueron capturadas por mujeres. El viernes, a las 6:00 pm, se inaugurará otra muestra que forma parte del mismo proyecto, pero que lleva por nombre El ojo campesino, con fotos tomadas por hombres, en el anfiteatro del Eje de Buen Vivir, ubicado en Bellas Artes
ARRAIGO
Benavides recalcó que la mirada que ofrecen las hermanas campesinas al público caraqueño es absolutamente genuina, válida y una connotación directa con el sentir propio “de alguien que nació, vive y participa de ese hecho cultural”.
El fotógrafo aseguró que a cualquier persona que no sea llanera, puede que las imágenes le resulten un paisaje más. “Sin embargo, para los habitantes de Santa Inés tienen un valor antropológico, aunque ellos no sean antropólogos”.
Benavides apuntó que las imágenes fueron capturas en agosto de 2009, durante un mes consecutivo. “Se tomaron casi 1.400 fotos y, al final, se seleccionaron 21 de ellas”, dijo.
Finalmente, el creador agradeció el apoyo de la Alianza Francesa en Venezuela y a la Alcaldía de Caracas por prestar sus espacios y darle la oportunidad a los nuevos creadores de mostrar su talento.
“Este tipo de ideas tienen mucha repercusión en la Venezuela de hoy. Es un redescubrimiento de lo que somos, de lo que hemos sido. El llano es un espacio de interculturalidad”, sentenció.