Los motivos del lobo de Francisco de Asís|Amor con advertencia (Opinión)

A veces este cronista que soy argumenta con insistencia en que nada más hay una política que vale la pena: aquella que se basa en el amor. Amor a la Patria, al pueblo pobre, a la diversidad de sus culturas, a la humanidad en su conjunto.

Esto es una convicción íntima sin duda. Pero además, y esto le da mayor soporte a esa convicción, es parte fundamental del legado del comandante Hugo Chávez.

En sus palabras encontraremos permanentemente el llamado al amor.

Por ejemplo, en este mismo momento y para ilustrar esto que digo, busco uno de sus más tempranos discursos públicos que se conocen, el del acto de proclamación como Presidente Electo el 14 de diciembre de 1998. Y descubro sin sorprenderme que ya allí Chávez, que todavía no había asumido formalmente la Presidencia de la República, hace un llamado auténtico desde el corazón: “Unámonos todos y seremos invencibles. Yo llamo a todos a la unión, a la unidad, al trabajo, a la constancia, al amor”.

Introduce allí directamente con claridad, sin complejos ni rubor alguno, un nueva visión de la política basada en el amor. Eso no lo habíamos oído antes ninguno de nosotros con tal precisión. Al menos, en mi caso, no tengo conciencia de ello.

Y ese principio amoroso Chávez no lo abandona nunca en los 13 años de su gobierno, ni es dejado de lado por la Revolución después de su partida física. El propio presidente Nicolás Maduro, como buen hijo de Chávez, nos induce a cada instante a actuar “con amor y lealtad bolivariana”.

Ahora bien, como quiera que tenemos una oposición interna tan extrañamente irreflexiva y unos factores de poder externos tan amenazadores y agresivos, pienso que no es malo advertir, también una vez más, que este amor que nos guía no es un amor cándido o amilanado, ni mucho menos indefenso.

Por el contrario, es un amor activo y en batalla. Que no se llamen a engaño quienes nos adversan. Que no piensen que somos un pueblo al que se le puede neutralizar fácilmente. ¡No vayan a equivocarse con nosotros!

Porque este pueblo amoroso es, al mismo tiempo, un pueblo de guerreros.

farrucosesto@gmail.com