España y China inauguraron este martes una conexión por ferrocarril de 13 mil kilómetros que podrá convertirse en regular desde la próxima primavera si su eficiencia lo justifica.
El experimento ahorró 10 días en relación con el viaje por barco y llegó con 30 contenedores de mercancías luego de recorrer duante 21 días desde Wiyu, en la costa este de China, el mayor centro de distribución de mercancías del mundo.
Fuentes del ministerio de Fomento español adelantaron que ahora se realizarán estudios de eficiencia de ese mecanismo, considerado un hito en la historia mundial del ferrocarril y las relaciones comerciales bilaterales.
El tren atravesó China, Kazajstán, Rusia, Belorrusia, Polonia, Alemania y Francia, hasta llegar a España con un peso bruto de mil 400 toneladas que requirió cambio de locomotora cada 800 kilómetros.
La empresa venció asimismo el reto de los diferentes anchos de las vías de los países que atravesó y enfrenta ahora el de llenar el volumen disponible de mercancías españolas para su regreso a China.
Se estima que el trayecto recorrido superó el que alcanzó en su momento de auge el Expreso Oriente de unos 12 mil 500 kilómetros.
En lo que va de año España recibió más de medio millón de contenedores con productos chinos y envió al país asiático unos 300 mil con productos hispanos, todos transportados vía marítima.
El tren fue recibido en Abroñigal, la mayor terminal de contenedores de España gestionada por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias de España (Adif) con la filial Transervi de Transfesa, de Deutsche Bahn Schenker y Renfe.
Los operadores del tren China-España fueron InterRail Services y DB Schenker Rail, de Deutsche Bahn.