Cuarenta personas heridas víctimas de una estampida en Shanghai durante las celebraciones por nuevo año permanecen este viernes hospitalizadas, 13 ellas aún en estado de gravedad, según informaciones procedentes de esa ciudad china.
El hecho ocurrió cercano a la medianoche del 31 de diciembre cuando el pánico cundió entre los asistentes, que superaban los 300 mil congregados en el céntrico Bund para esperar las campanadas del nuevo año.
Numerosos residentes de esta ciudad costera china de más de 23 millones de habitantes comenzaron en la tarde de ayer a depositar flores para honrar a las 36 personas que perdieron la vida en este accidente.
La policía prosigue sus investigaciones, aunque voceros de ese cuerpo admitieron que el número de agentes para controlar esa ola humana era insuficiente y mucho menor al de los efectivos que estuvieron encargados de velar por la seguridad el 1 de octubre pasado, en ocasión del Día Nacional.
Algunos oficiales de policía admitieron «que como no era un día festivo no tomaron las necesarias medidas de seguridad».
En China el 31 de diciembre no tiene la misma connotación como en otras partes del mundo, debido a que las celebraciones por el Nuevo Año están determinadas por el Calendario Lunar Budista, como ocurre en la mayoría de los países en Asia.
Testigos responsabilizaron el incidente a la gran cantidad de personas y el poco control, aunque otros consideran que el hecho se desencadenó cuando fueron lanzados desde edificios altos cupones de promoción de un bar local que fueron confundidos con billetes de 100 dólares.
El hecho comenzó en una escalinata de ocho metros de ancho cercana a la avenida Nanjing, de las muchas que aparecen a lo largo del 1.5 kilómetros de este malecón céntrico escoltado por bellos edificios históricos e imponentes rascacielos.
La elevación, que permite una vista panorámica de otros edificios emblemáticos al otro lado del río Huangpu, se hallaba llena de público y cuando estalló el pánico unos trataban de bajar y otro de subir, por lo cual algunas cayeron y se fueron amontonando unos sobre otros.
La mayoría de los heridos son veinteañeros, 28 de ellos mujeres, y el gobierno de Shanghai dio a conocer que dos son de Taiwán y uno de Malasia.
El presidente Xi Jinping ordenó ayer investigaciones inmediatas y toda la ayuda necesaria para los heridos y los familiares de los fallecidos.