Los motivos del lobo | Chávez y la ciudad (Opinión)

Estas últimas semanas me he puesto a trabajar en la escritura de un pequeño libro o cuaderno acerca de la visión del comandante Hugo Chávez sobre el derecho a la ciudad.

Pudiera titularse, justamente, El derecho a la ciudad, siguiendo a Chávez. Espero no tardar mucho en tenerlo listo. Lo más seguro es que lo publique digitalmente para que quien esté interesado pueda leerlo directamente en la computadora o bien bajarlo e imprimirlo.

¡Qué trabajo tan grato y absorbente!

Me he metido de lleno a leer las transcripciones de los discursos del Comandante y de los Aló Presidente. Es un material riquísimo e inagotable. Y, además, aunque reaviva con fuerza un sentimiento nostálgico imposible de superar, la verdad es que es una extraordinaria fuente de goce intelectual. Un placer para el alma. Cuántas ideas hay allí. Qué coherencia. Qué valentía y autenticidad, siempre al servicio de su pueblo. En verdad Chávez desarrolló un pensamiento muy personal sobre ese tema, con consecuencias de tipo práctico que influyeron y siguen influyendo en la transformación de la realidad urbana.

Con la lectura de las transcripciones, al mismo tiempo que trato de ordenar sus ideas y argumentos sobre el derecho a la ciudad, trato también de comprobar documentalmente, para precisar su orientación, algunas instrucciones que me dio Chávez en su momento.

Las tengo bien claras, pero pienso que es bueno confirmarlas con algunos comentarios que hizo el Comandante en sus intervenciones públicas. También hago un esfuerzo por recordar nuestras conversaciones personales y telefónicas, algunas en la madrugada. Me hablaba de Caracas a la que amaba. También de otras ciudades. Me confiaba sueños y visiones que, creo, compartíamos.

¿Por qué hago este trabajo? La respuesta es sencilla: porque pienso que hay que esforzarse en sintetizar esas ideas sobre la ciudad que constituyen una parte importante del legado vivo de Chávez. Tengo la esperanza de que el texto resultante, pueda serle de utilidad, no solo a las distintas autoridades que tienen injerencia directa sobre el tema urbano, sino fundamentalmente a nuestro pueblo que es el sujeto de ese derecho a la ciudad.

Por supuesto, debo aclarar que no será un ensayo circunspecto y extenso, pues carezco del tiempo para ello y seguramente de la habilidad. Pero como quiera que estamos en combate, me parece que es bueno afilar esta arma ligera y manejable que el Comandante nos dejó.

T / Francisco de Asis