Un tornado afectó las periferias de la ciudad de Río de Janeiro, capital del estado homónimo ubicado al sureste de Brasil, y dejó decenas de casas dañadas y vehículos destruidos. El fenómeno agravó la ya difícil situación que se vive en las serranías de esta región, que desde principios de enero sufre los estragos de una intensa ola invernal que ya ha dejado más 765 muertos y más 15 mil damnificados.
Decenas de casas resultaron dañadas y vehículos destruidos en Baixada Fluminense, localidad de la región metropolitana de Río. «No tengo dudas de que fue un tornado» lo que afectó a la Baixada Fluminense, declaró la noche de este jueves el meteorólogo Izmar Azevedo, de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
Según los últimos datos publicados por la prensa brasileña, ya son 765 las víctimas mortales por las lluvias en Río. Sólo en Teresópolis, la ciudad de la sierra más afectada por la tragedia, unos dos mil 982 niños y adolescentes están en los refugios destinados a los más de 15 mil damnificados, o en casa de familiares.
Entretanto, la mejora en las condiciones climáticas ha permitido a la Fuerza Nacional y los equipos de rescate adelantar los trabajos de búsqueda de cuerpos y también de sobrevivientes que puedan estar todavía enterrados bajo el lodo y los escombros, a la espera de socorro.
Sin embargo, aparentemente derribado por una ráfaga de viento, un helicóptero del Ejército brasileño se precipitó a tierra este jueves en Nova Friburgo, en el estado de Río de Janeiro, cuando intentaba rescatar a unos afectados por las intensas lluvias. El accidente dejó cinco heridos.