Los ataques son constantes. Estados Unidos intenta desmoralizar a la población venezolana lanzando acusaciones en contra de líderes de la Revolución Bolivariana. Minar la moral de los revolucionarios les permitiría intervenir de manera directa en las decisiones políticas y económicas del país. Asimismo, con la anuencia de los apátridas, expoliarían los recursos naturales propiedad de los venezolanos.
Son frecuentes las acusaciones de narcotráfico. La vía dilecta para realizar los señalamientos es la mediática internacional. Periódicos de España y otras partes del mundo pregonen, sin pruebas, la existencia de mafias que desde el poder se dedicarían a traficar con drogas. Sin embargo, las fuentes no son conocidas y solo se asumen como filtraciones de las Agencias antinarcóticos de EEUU.
La campaña internacional generada desde ABC de España busca señalar a Venezuela como un “Estado forajido”, de poseer un Gobierno traficante de drogas y una justicia complaciente. Así, nos venden como un “narcoEstado”.
Pero cabe preguntar ¿Acaso en EEUU no existe el tráfico de drogas? ¿Cuál es el país de mayor consumo de drogas? ¿Existen campañas para evitar el consumo de droga en las instituciones estadounidenses? ¿Cuál es su realidad social?
El mayor consumidor de estupefacientes y donde se generan incuantificables ganancias con su venta, es el territorio estadounidense. Si no existiesen tantos consumidores el problema sería mínimo. Con una sociedad enferma en un porcentaje representativo, pretenden escabullir responsabilidades y endilgar a los demás sus problemas.
Usar de parapeto la acusación de “narcotraficante” para sembrar dudas en Venezuela y el mundo es miserable. La intención es generar desconfianza y zozobra para justificar un golpe de Estado.
No es nueva la iniciativa. Los innumerables intentos por desestabilizar siempre han fracasado. El pueblo los ha derrotado desde la fidelidad al pensamiento libertario. La herencia de nuestros Padres Libertadores y del comandante Hugo Chávez nos permite resistir y combatir al enemigo. ¡No volverán! ¡Venceremos!