Red de Apoyo | El Caracazo: ¡prohibido olvidar! (Opinión)

“…Cuando los causes se reventaron, cuando de pronto pareció todo posible, cuando de pronto el pueblo se encontró con su fuerza y en completa libertad, no se dirigió contra ninguna persona, no quiso cobrar vidas, de pronto se contentó con comida y ropa, luego buscó realizar viejos sueños: un buen colchón, artefactos eléctricos, bastante licor y finalmente la cosecha, para compartir, cambiar y vender. En la ciudad reinaba el miedo y en el barrio la alegría del botín. La mercancía, ese fetiche inalcanzable, yacía por fin a sus pies, sometida sin ningún esfuerzo. Ese fue señor, el día increíble en que los pobres compraron sin plata y mandaron los que no tenían ningún poder.”

Pedro Trigo: Salmo en la revuelta


Hoy se conmemoran 26 años de los hechos ocurridos el 27 de febrero de 1989, conocido como El Caracazo, en el gobierno de Carlos Andrés Pérez, cuando los pobres bajaron de los cerros a buscar justicia. Ese día varias personas iniciaron una serie de disturbios en la ciudad de Guarenas, estado Miranda, como consecuencia del anuncio de una serie de medidas de ajuste económico (entre ellas el aumento de las tarifas de transporte urbano sin reconocer el pasaje preferencial estudiantil por parte del Poder Ejecutivo y, el aumento del precio de la gasolina, el gas y la electricidad).

Esos días las venezolanas y los venezolanos vivimos con horror el culmen de la injusticia e impunidad.

De Guarenas los disturbios se propagaron para el Nuevo Circo, Parque Central, Petare, El Valle, Catia y toda Caracas. En la protesta se quemaron algunos vehículos y comenzaron los saqueos a los comercios, mercados y abastos de alimentos; y cundió la rabia al descubrir que la leche, el café y los alimentos de primera necesidad, que durante semanas no se podían conseguir, ni comprar a ningún precio, estaban escondidos y acaparados en los comercios, esperando ser vendidos a precios exorbitantes en el futuro.

Luego de los mercados y comercios de alimentos, el saqueo siguió a las licorerías, ferreterías y otros locales donde se podían conseguir productos y artículos de lujo que por su precio nunca se iban a poder obtener o disfrutar; productos que solo se podían ver en las vitrinas y los anuncios de televisión.

La policía no pudo contener los disturbios y en algunos casos se sumó a ellos.

El 28 de febrero el Poder Ejecutivo emitió el Decreto N° 49, con el que decretó el estado de excepción y la suspensión de las garantías constitucionales relativas a la libertad personal, la inviolabilidad del hogar, el libre tránsito, la libertad de expresión, el derecho a reunión y el derecho a la manifestación.

COMENZÓ LA MASACRE

Se ordenó también a todas las policías, los cuerpos de seguridad y las fuerzas militares que impusieran el orden a sangre y fuego. Comenzó la masacre. Las fuerzas armadas, durante los 23 días que duró la suspensión garantías, tomaron por la fuerza los barrios y las calles, tuvieron el control del territorio y de la población.

Miles de venezolanos murieron.

La Policía Metropolitana y el ejército salieron a la calle a matar.

Los sectores más humildes fueron los que más sufrieron las acciones de represión indiscriminada de los cuerpos de seguridad del Estado; muchos venezolanos fueron detenidos, torturados y desaparecidos, se allanaron miles de hogares violenta y arbitrariamente.

Se presume que al menos 3.000 personas fueron masacradas pese a que el entonces ministro de Defensa y principal responsable de los crímenes, Ítalo del Valle Alliegro, aseguraba que eran solo 277.

BUSCANDO JUSTICIA

Estos hechos los vivimos muy de cerca. Los familiares de víctimas se organizaron para exigir justicia y saber qué pasó con sus seres queridos, detenidos violentamente por la policía y el ejército, o heridos gravemente por armas de guerra.

Estos familiares en conjunto con Cofavic y la Red de Apoyo denunciaron violaciones a los derechos humanos y así comenzaron un largo camino contra la impunidad y el olvido.

Los familiares se encontraron con muchos obstáculos: desprecio, falta de información, no había respuesta a sus peticiones, muchos familiares y víctimas fueron humillados y discriminados por su condición humilde, pero eso los fortalecía más para seguir exigiendo respuesta a las autoridades gubernamentales, mediante acciones legales, siempre activas y activos, exigiendo justicia para sus familiares desaparecidos, torturados y ajusticiados.

Los familiares denunciaron estos hechos en el Ministerio Público y en instancias internacionales. Pero no tuvieron respuesta hasta que 10 años después asume el gobierno del presidente Hugo Chávez y se reconoce la responsabilidad del Estado, se allana ante la demanda y sentencia contra Venezuela de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y comienza el proceso de indemnizar a las víctimas.

A 26 años de estos hechos tan lamentables rendimos homenaje a estas mujeres y hombres que a pesar de su dolor decidieron luchar y reivindicar los derechos de sus seres queridos.

La Red de Apoyo por la Justicia y la Paz se solidariza con los familiares de las víctimas de El Caracazo y con todas las defensoras y todos los defensores de derechos humanos que junto a otros familiares de víctimas han dado su vida y asumido la defensa de los DDHH como una opción de vida. Demostrando así que con la constancia y perseverancia se logra justicia.

T/ Laura Roldán Benítez