Juan Azocar|¡Pobrecitos!… Están asustados (Opinión)

Cuidado. Nada de reírse del imperialismo, al que en las últimas décadas le ha dado por sentirse amenazado. Les ha dado por ver enemigos por todas partes y echarle plomo parejo y caerle a bombazos a todo lo que se mueva.

Pareciera que a esta gente, armada hasta los dientes, también le da por implorar lástima. Como para que uno diga: ¡Pobrecitos los  imperialistas de los Estados Unidos que un país como Venezuela, resulta que ahora los tienen asustados!

Esta estratagema pareciera que les ha dado resultado. Para ellos el plan es muy sencillo. Inventan situaciones y montan potes de humo. Son los propios expertos en las prácticas llamadas “falsos-positivos”, que tan buen resultado les dio a gobiernos colombianos para  asesinar a inocentes o justificar sus crímenes. O aquello de gobiernos  de narcotraficantes, violadores de derechos humanos o justificar  ataques por tenencia de bombas de destrucción masiva, como Irak. Montar gobiernos de transición y aplicar prácticas de desgaste, hasta  dar el zarpazo.

Son tantas las recetas desestabilizadoras y tantas las mañas de los imperialistas que ahora, a riesgo del ridículo, también pretenden  compasión para justificar invasiones y gobiernos títeres.

Cualquiera entiende el desespero del Gobierno norteamericano. Muy a pesar de su empeño en fortalecer descaradamente la industria  militar, no sé quién y con qué criterios pudieran ellos mismos calificar de exitosa su incursión en países como Irak, Afganistán, Libia, su apoyo a Israel para, prácticamente, encarcelar al pueblo palestino. Propiciar sanciones contra Rusia o apoyar la guerra entre el pueblo  ucraniano e irrespetar su autodeterminación.

De manera que estamos ante un enemigo muy peligroso. Belicoso, como decía nuestro Libertador. Imperio que está en pleno  conocimiento del fracaso de sus políticas y del rechazo de los pueblos del mundo a su descarada actuación que solo deja destrucción, muerte y tristeza.

Este es el Gobierno que ahora nos amenaza, con la falsa, descabellada y ridícula premisa de considerarnos un peligro. No contaban ellos  con la fuerza de la solidaridad internacional que hemos recibido. Tampoco calculó el “premio nobel” la fortaleza patriótica de nuestro  pueblo. En todos los rincones del mundo se escucha: Venezuela no es una amenaza.

Somos esperanza. #ObamaDerogaElDecretoYa.

T/Juan Azocar