La violencia en las campañas electorales crece a cinco días de los comicios intermedios del domingo próximo en México y amenaza con empañar las votaciones e inhibir la asistencia a las urnas.
En las últimas horas, la ocupación forzada de sedes electorales, el asesinato de un candidato a diputado y el estallido de una granada en un edificio públicos se convirtieron en indicios ominosos de lo que podría ocurrir en la jornada del día 7.
La madrugada de hoy un grupo de choque formaado por simpatizantes de los partidos Revolucionario Institucional (PRI, centro) y de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) con el apoyo de militares, desalojó una sentada en la principal plaza pública de Tlapa, estado sureño de Guerrero.
La protesta se realizaba desde octubre próximo y estaba organizada por el Movimiento Popular de Guerrero (MPG), que promueve un boicot a las elecciones y exige justicia en el caso de la desaparición de 43 estudiantes el 26 de septiembre pasado.
El grupo de choque incendió vehículos, casas de campaña y mobiliario horas después de que activistas del MPG irrumpieran en la sede del Instituto Nacional Electoral en Tlapa, corazón de la zona montañosa de Guerrero, y quemaran 116.000 papeletas.
La plaza fue sitiada por soldados y los miembros del movimiento de protesta se replegaron pero advirtieron que recuperarán el lugar con apoyo de la policía comunitaria.
El gobernador Rogelio Ortega, advirtió que serán detenidas las personas que obstruyan el proceso electoral.