El cambio climático está presente|Las olas de calor serán cada vez más frecuentes y más intensas

Las olas de calor como la que sufre parte de Europa esta semana están dentro de la normalidad, pero a causa del cambio climático, la frecuencia, la intensidad y el alcance de estos fenómenos extremos aumentará a corto plazo, por lo que el mundo debe prepararse para evitar estragos en la población.

Ante esta realidad, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han publicado este miércoles de forma conjunta nuevas orientaciones para poder hacer frente a los riesgos para la salud que plantean esas situaciones.

«Las olas de calor son un fenómeno natural peligroso que cada vez requiere más atención», manifestaron el director de la Oficina de predicción del clima y de adaptación al cambio climático de la OMM, Maxx Dilley, y la directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neira.

«No tienen el carácter espectacular ni la violencia de otros peligros, como los ciclones tropicales o las crecidas repentinas, pero sus repercusiones pueden ser severas», agregan.

Durante los últimos 50 años las olas de calor se han vuelto cada vez más frecuentes. La duración, la frecuencia y la intensidad de las mismas probablemente aumenten en la mayoría de las zonas terrestres a lo largo de este siglo, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la mayor red científica sobre la materia.

En las últimas semanas, tanto India como Pakistán se han visto afectadas por olas de calor que han ocasionado 700 víctimas mortales y cuyos efectos se han visto agravados al coincidir con el mes de ayuno del Ramadán, lo que provocó que muchas personas no bebieran agua durante el día, contribuyendo a su deshidratación.

Europa, que sufre una ola de calor por una combinación natural y normal de factores meteorológicos, cuenta con sistemas de alerta para que los gobernantes y la población estén listo, pero la mayoría de las naciones en desarrollo no cuentan con estos sistemas, y deberían desarrollarlos, porque los informes del IPCC son nítidos:

«El cambio climático no sólo acarreará cambios en la frecuencia y duración de las olas de calor en regiones donde tradicionalmente han ocurrido, sino también una alteración de la distribución geográfica de los desastres».

Esto implica que podrían aparecer en lugares donde nunca antes han ocurrido.

El calor excesivo puede causar desde deshidratación, insolación y mareo momentáneo a accidentes cardiovasculares y trombosis. Asimismo, si bien toda la población debe estar informada, hay que tener especial cuidado en prestar asistencia a los más vulnerables: los niños, las personas mayores y los enfermos. Sobretodo, las olas de calor exacerban cualquier enfermedad preexistente.

Finalmente, el informe reitera las consignas de sentido común para evitar una insolación: estar a la sombra, beber mucha agua, ducharse con más asiduidad y no aislarse.

F/Publico.es