En otro paso para criminalizar la inmigración, el gobierno británico anunció este martes la imposición de seis meses de cárcel a trabajadores indocumentados y penalizaciones para quienes les ofrezcan empleo.
De acuerdo con el viceministro británico del Interior James Brokenshire es necesario acabar con las violaciones de la ley y para ello se realizarán más redadas con el fin de detectar a inmigrantes ilegales, destaca la televisión capitalina.
Brokenshire recordó que a los dueños de establecimientos de venta de alimentos y bebidas alcohólicas se les retirará la licencia si ofrecen trabajo a los ilegales y les exigió la revisión de documentos antes de emplear a algún indocumentado.
Las drásticas medidas contra la inmigración ilegal, propuestas por el gobierno del conservador primer ministro David Cameron, están contenidas dentro de una polémica ley migratoria, a discutirse en septiembre próximo en la Cámara de los Comunes.
Cameron se presentó en las elecciones de mayo de 2010 con el anunciado propósito de recortar drásticamente el flujo de inmigrantes.
Reino Unido arrecia las regulaciones para la permanencia de extranjeros en su territorio, incluidos los procedentes del resto de la Unión Europea, en medio de una avalancha en la región de foráneos procedentes del norte de África, el Medio Oriente y Asia.
Unos 340 mil inmigrantes, según instituciones europeas y 292 mil, de acuerdo con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, alcanzaron las costas europeas en 2015.