“El pensamiento del negro tuvo la debilidad de ser demasiado apasionado”, resumió Roland Denis, cuando intervino para recordar el legado político que hace dos años dejó Luis Villafaña, cuyos familiares, amigos y compañeros de trabajo de la Biblioteca Nacional rindieron homenaje la tarde del viernes.
Durante la jornada, en la que también participó como conferencista Luis Damiani, viceministro de Educación Universitaria, se leyeron algunos poemas dedicados al negro Villafaña, así como unos escritos por él mismo.
“Es impresionante saber que una persona tan hermosa estuvo aquí”, dijo, con la voz quebrada, la joven Intifada Olivares, luego de recitar los versos del negro. Integrantes del Frente Antifascistas de Venezuela igualmente se hicieron presentes.
En la pared de fondo del abarrotado salón en el que se reunieron los camaradas del negro (incluida su inseparable “flaca” Isis y sus hijas), se dejó recordatorio de una gema humanista que el empedernido agitador que fue Villafaña, vocación que fue recordaba por el propio Roland Denis, quien también atribuyó al negro -nada menos- que haber refundado el marxismo desde una visión latinoamericanista, mediante un concepto que denominaron, a partir de los aportes del peruano Juan Carlos Mariátegui, indoamericanismo.
La pancarta poética principista decía: “Tal vez como ningún otro pueblo sobre la faz de la tierra, somos amantes de la risa, la fiesta, la paz, la justicia, el amor, los niños, nuestros ancianos, costas, montañas y llanos. Amamos como ningún otro conglomerado humano la alegría y en la actualidad cincelamos en la piedra de la esperanza nuestro sueño bolivariano”.