En medio de acusaciones en su contra por crímenes de guerra contra palestinos, el primer ministro israelí, Benjaim Netanyahu, analizó este jueves con su similar británico, David Cameron, el extremismo islámico en Medio Oriente.
Al iniciar la reunión con Cameron en esta capital, Netanyahu se refirió a una acción concertada para impedir la supuesta desintegración del Medio Oriente bajo la amenaza del movimiento radical Estado Islámico.
La visita de Netanyahu a esta urbe estuvo presidida por una intensa campaña de recogida de firmas de ciudadanos británicos para demandar al Ministerio del Interior el arresto del jefe de Gobierno israelí, algo que debió ser llevado a discusión al Parlamento.
Entre los argumentos de los demandantes figuraba la responsabilidad de Netanyahu por la muerte de al menos dos mil 310 palestinos, 500 de ellos niños, tras más de 50 días de bombardeos por aire y tierra contra la Franja de Gaza, en verano del pasado año.
La víspera, se reportaron protestas en las afueras de la oficina ejecutiva de Downing Street 10, para demandar la detención de Netanyahu, señaló la cadena pública de radio y televisión BBC.
El gobierno británico debió considerar como legal la recogida de más de 100 mil rúbricas para llevar el caso a discusión parlamentaria, pero la semana pasada descartó esa posibilidad por considerar que el visitante israelí goza de inmunidad como jefe de Gobierno.
Durante su visita a esta capital, Netanyahu afirmó que estaba dispuesto a retomar las negociaciones de paz con la Autoridad Nacional Palestina, sin condiciones previas, mientras Cameron reiteró el derecho del estado de Israel a defenderse y existir.
Tel Aviv creó un sistema de muros en torno a los territorios palestinos en Gaza y en la Cisjordania ocupada que impide una comunicación directa para un funcionamiento efectivo de un futuro estado palestino, comenta la prensa local.
El jefe de gobierno israelí consideró posible, por su lado, una mayor cooperación en términos prácticos para frenar lo que calificó de avance del extremismo en el Levante, donde su país aparece como el único con posibilidades de contar con ojivas nucleares.
Ambas partes se referirán, además, el acuerdo pactado entre Irán y el sexteto de mediadores (Rusia, Estados Unidos, Francia, China, Reino Unido y Alemania) sobre el programa nuclear del país persa y el levantamiento parcial de sanciones en su contra.
El gobierno israelí se opone a la referida avenencia y acusa a Irán de la presunta promoción del terrorismo en la región, algo que Teherán rechaza categóricamente, mientras invita a Tel Aviv a ratificar el Tratado de No Proliferación, del cual si forma parte la nación persa.