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El nuncio apostólico Aldo Giordano refirió que el diálogo y la reconciliación deben prevalecer entre Colombia y Venezuela.
Señaló que para el papa Francisco “siempre es posible la paz y siempre es posible una reconciliación” entre los pueblos.
“Para escribir páginas nuevas es necesario el perdón, pero el diálogo es la vía normal. Los pueblos no merecen violencia. Nosotros pensamos que los colombianos y los venezolanos son pueblos hermanos. Así ve el Papa Francisco a los dos pueblos. Son hermanos, la misma familia”, apuntó.
El nuncio apostólico comentó que en las cartas que ha escrito el Santo Padre sobre Venezuela se ha referido al perdón.
Indicó que la iglesia católica reconoce que entre los dos países hay problemas, pero estos deben resolverse a través del diálogo.
Sobre los refugiados en Europa, expresó “que estamos en un mundo globalizado” por lo que las relaciones entre los pueblos también hay que tratarlas como un tema global.
“Los pueblos siempre van a salir de los propios países para buscar situaciones mejores, sobre todo cuando en el propio país hay situación de gran violencia o de gran pobreza”, declaró.
Refirió que el Papa Francisco “se siente el pastor universal de la iglesia, se siente padre de esta humanidad”. Por tal razón, insta a los políticos a hacer “buenas políticas”.
Y aunque la iglesia no desarrolla políticas directas, “tiene el deber de recordar que somos todos hijos del mismo padre, somos todos hermanas y hermanos”.
Las declaraciones las ofreció en un foro organizado por Ifedec sobre la carta encíclica Laudato Si del Papa Francisco, que se refiere al cuidado de la casa común.
El nuncio apostólico explicó que próximamente el Santo Padre visitará Estados Unidos y hablará sobre el tema ambiental en el Congreso de ese país.
“El Papa quiere contribuir con este debate”, acotó.
Para el nuncio, el Santo Padre ha colocado el ambiente nuevamente como un tema central “de la doctrina social de la iglesia, como en el pasado la cuestión obrera era un tema, como el socialismo era un tema”.
“El Papa considera que el problema del ambiente es un problema global, es un problema social, es un problema político, es un problema económico y cultural. Es un problema que debe interesar a todas las ciencias”, expresó.
Y si el problema es global, la solución que propone Su Santidad es integral.
“Solo juntos, a nivel de políticas internacionales y nacionales, a nivel de las iglesias, a nivel de todas las fuerzas de la sociedad civil podemos afrontar este tema”, dijo.
Manifestó que el ambiente requiere de la contribución de la teología, de la filosofía, de las ciencias y todos los actores sociales.
LA SALIDA NO ES LA VIOLENCIA
A su vez, monseñor Diego Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, expresó su preocupación sobre la crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela.
“El problema no nace ahora, es un problema que tiene muchos años y la solución no es la violencia”, apuntó.
Durante el foro organizado por Ifedec, monseñor Padrón destacó que en la carta encíclica el Papa Francisco desarrolla la visión de una ecología “no aislada del resto de los otros problemas del mundo, del ser humano”.
En tal sentido, comentó que el papa Francisco habla de una ecología integral “y de la ecología humana, del cuidado del hombre del campo y de la ciudad”.
Por tal razón, indicó que para Su Santidad puede resultar contradictoria la preservación del ambiente y que se cometan al mismo tiempo crímenes como el aborto “y otras actitudes que dañan la vida humana”.
En la carta encíclica el Papa Francisco señala la humanidad siempre ha pensado que era el dueño de la tierra, y por tanto, autorizada a expoliarla.
“La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes”, indica el texto.
En el documento señala “que el desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”.
En tal sentido, Su Santidad hace un llamado a establecer “un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta”.
El Santo Padre recomendó una “solidaridad universal nueva” para tratar el tema ambiental.