La comunidad autónoma española de Cataluña inicia un complicado proceso para la formación de un nuevo parlamento y gobierno tras elecciones que dieron la mayoría parlamentaria a los independentistas, pero no de votos.
Aunque los diputados de las dos listas separatistas sumadas garantizan la mayoría parlamentaria, quedaron por debajo del 50 por ciento de votos, obteniendo un 47,78%, lo que en opinión de otras fuerzas resta peso al establecimiento de un plebiscito y a la prometida declaración de independencia.
La principal candidatura secesionistas Junts pel Sí (Juntos por el Sí) obtuvo 62 escaños y quedó a expensas de las alienzas, no tan seguras, de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), que con nueve diputados puede garantizar sobrepasar la mayoría absoluta de 68 asientos en el parlamento.
La incertidumbre, sin embargo, parte de la posición declarada antes de las elecciones por la CUP, que condicionó el apoyo a obtener mayoría parlamentaria en representantes y en votos.
En declaraciones al filo de la madrugada líderes de la CUP respaldaron la continuidad del proceso separatista, pero abrieron una interrogante sobre la reelección del presidente de Cataluña, Artur Mas, (candidato de Juntos por Si) al declarar que nadie es imprescindible.
Entre las fuerzas opuestas a la separación, el partido de centroderecha Ciudadanos se ubicó en segundo lugar con 25 escaños, casi tres veces más a los nueve con los que contaba en la legislatura anterior.
El Partido Socialista de Cataluña, partidario de la permanencia en España, ocupó el tercer puesto con 16 escaños, cuatro menos que en las anteriores elecciones.
Mientras que el Partido Popular, adversarios al separatismo, sufrió un fuerte descalabro al obtener 11 diputados, ocho menos que en la anterior legislatura, resultado considerado «nada satisfactorio» por su candidato Xavier García.
En un término medio del espectro, la coalición de izquierda y ambientalistas Catalunya Sí que es Pot (Cataluña sí se puede) que defiende el derecho a decidir pero no la declaración unilateral de independencia- obtuvo 11 escaños, la misma cantidad del PP.
Al respecto el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, uno de los partidos integrantes de esa alianza, consideró el resultado «claramente decepcionante». Está claro que la responsabilidad de Estado no ha funcionado electoralmente en esta campaña, precisó.
En este complicado panorama, pese a la victoria en escaños del independentismo, quedan incógnitas para la formación de un gobierno capaz de seguir adelante con el programa de la separación de España.
Lo único claro es que Cataluña inicia una complicada etapa en la que, lejos de disminuir, lo más previsible es un incremento de las tensiones con el gobierno español, cuyo presidente, Mariano Rajoy, alertó que no permitirá una declaración unilateral de independencia.