A más de 500 años de iniciada nuestra guerra de resistencia contra un enemigo invasor y opresor hoy seguimos resintiendo los embates de esa clase social prepotente (la burguesía) que se cree superior a nosotros los pobres, a nosotros el pueblo.
Muchas han sido las fórmulas que han usado para dominarnos, a pesar de nuestra férrea, decidida y aguerrida resistencia. Muchos han sido los instrumentos con los cuales nos han sometido a la explotación, la represión y la pobreza; y para ello se han valido de sus leyes, sus ejércitos y sus empresas, que dicho en una sola palabra no es más que el Estado.
En Venezuela hoy está claramente demostrado que el actual Estado (burgués) ha sido ineficiente a la hora de atender las necesidades y resolver los problemas del pueblo venezolano.
La burocracia, la corrupción, la ineficiencia y la dejadez han hecho mellar la esencia del Proyecto Bolivariano, ya que los mismos seudochavistas (muchos de ellos ya convertidos en burgueses) que hoy toman las grandes decisiones en nombre de todo un pueblo, fallan en la aplicación de las mismas, cuyos efectos los sufre y padece el pueblo, lo cual ha hecho retroceder el avance que le había dado nuestro comandante Hugo Chávez a la Revolución Bolivariana, aunado, claro está, al sabotaje de la contrarrevolución nacional e internacional que ha invertido ingentes cantidades de recursos por tratar de golpear nuestro proyecto de país.
Pero a pesar de toda esta crisis, la prensa gubernamental solo hace énfasis en las acciones de paz que lleva a cabo el compañero presidente Nicolás Maduro, cosa que no está mal, pero por los momentos nosotros no queremos un Presidente que sea nominado al Premio Nobel de la Paz, sino un Presidente que se alíe a nosotros, el pueblo organizado, en aras de resolver nuestros problemas, siendo el primordial, el económico.
Estoy seguro que aún podemos salir de esta crisis, pero para ello lo único que debe hacer nuestro Gobierno es terminar de darle de una vez por todas “¡todo el poder al pueblo!”, porque ya ha debido darse cuenta de que con las instituciones no pudo resolver nada y con la burguesía mucho menos, de hecho retrocedimos aun mas.
Hoy día la delincuencia, la corrupción, la “guerra económica”, etc., son mecanismos de opresión. Ya es el momento en que el pueblo se libere, y que organizado en Consejos Comunales, movimientos sociales, colectivos de trabajo, es decir, en Comunas productivas, asuma su rol histórico, porque dentro de toda esta coyuntura, ¡solo el pueblo es la esperanza!