Por Oliver Reina|Economía, responsabilidad compartida (Opinión)

Las recientes medidas económicas anunciadas por el presidente Nicolás Maduro y orientadas a combatir sin cuartel la escalada de precios que ha afectado sin reparo ni distingo a todas y todos abren una nueva fase respecto a la definición de los precios justos y los precios máximos de cada artículo que entre al circuito comercial nacional, abreboca para nuevas fases de una reactivación económica general. Y en el camino, lograr que los “Precios Justos” dejen de ser una etiqueta impuesta por un productor que -sin menoscabo de los procesos especulativos que pueden afectar la cadena de producción- meten en saco roto el sentido de justicia en precio, llevando a cualquier desprevenido a creer que el precio especulativo e inflado es avalado por el Estado.

Este nuevo esfuerzo por poner coto a la práctica especulativa y a la creación artificial de inflación y escasez -más allá de sus causantes reales que afectan en lo abstracto a los indicadores económicos y en lo concreto al bolsillo- fue presentado por el propio Presidente como una estrategia más amplia que las recientes experiencias en la materia. Medidas necesarias e impostergables de control y seguimiento de precios, pensadas como parte de un programa más amplio, que busca impactar favorable y contundentemente a la economía a través de la diversificación y ampliación de la producción, de un estricto seguimiento de cada financiamiento aprobado y otorgado, de la mejoría en los procesos de distribución y almacenamiento, de la asignación de responsabilidades a las que hubiere lugar y en definitiva, de considerar integral y ampliamente los procesos productivos.

En contra tenemos muchos factores que se mueven en el abanico de las responsabilidades de la gestión pública en su más amplio sentido hasta la responsabilidad de particulares tanto por acción como por omisión.

Si se le suma la variable cultural que conduce a que algunas personas se dejen llevar por el principio de la ganancia “fácil” proveniente de la realización de ilícitos cambiarios o de la venta especulativa denominada “bachaqueo” -responsabilidades completamente particulares- debemos concluir que las acciones ante el tema económico no pueden achacarse exclusivamente a ningún sector.

Necesariamente, la solución es colectiva, con mayor o menor peso según los sectores involucrados, pero cada quien aportando lo que le corresponda para el bienestar nacional, sin mezquindades, egoísmos o agendas ocultas o desestabilizadoras.

¿Será demasiado pedir? Quisiera creer que no.

@oliv22