Por Oliver Reina|Alí (Opinión)

Así, a secas, sencillo como fue su vida, florido como fue su alma pero a la vez intenso como fue su vida. Hoy en su cumpleaños está Alí Primera sembrado en lo más hondo de nuestro imaginario, en el ejercicio de la lucha necesaria y en el ejercicio acompasado del pensamiento cónsono con la acción.

Ya somos al menos tres las generaciones que hemos vivido bajo el cobijo inspirador del Cantor del Pueblo, título legítimamente otorgado en vida por “los nadie”, que para el padre Alí fueron los todo y mucho más.

Adelantándome a ofrecer disculpas si resulto demasiado anecdótico, quiero compartir que como muchos crecí escuchando a Alí en casa. De sus viejos LP, recuerdo muy vívidamente “Canción mansa para un Pueblo Bravo”, a quien debo las muy tempranas clases de vida o de política (la política bien entendida es un camino a la vida) que me dio mi papá.

Esas sencillas y profundas explicaciones de cómo es eso que los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos, de cómo en la vida hay motivos de alegría pero de tristezas hay muchos más, de cómo el Pueblo debe exigir y ser poder ahora que el petróleo es nuestro o de esa alquimia que hace que la piel de mi niña huela a caramelo, fueron tempranas lecciones que aún hoy mientras escribo estas líneas traen profundos sentimientos. Seguro estoy que la experiencia y recuerdos de algunos de quienes se han tomado el tiempo de leer estas líneas será similar y guardo la esperanza que compartamos la misma sonrisa y ojalá, el mismo estremecimiento.

Con su voz firme, con su canción vigente y con su carácter inquebrantable, Alí es de esa estirpe que él mismo definió como los que no pueden llamarse muertos, pues reencarna en quien denuncia las injusticias del mundo, en quien lucha por el humanismo y muy especialmente, en quien acompasa lo que dice con acciones ejemplarizantes. Y es que si bien es meritorio denunciar la injusticia, lo es mucho más actuar en consonancia. La praxis como síntesis del pensamiento y la acción, ello es lo que en todo momento personificó Alí Primera.

Alí vive, y con él y en él, un cielo de esperanzas por hacer de Venezuela y del mundo un espacio mejor, más honesto y más humano. Mis disculpas a quien esperaba hallar acá una biografía pero los grandes como Alí no tienen una vida sino las múltiples vidas que cada quien desde sus sentimientos, vivencias e interpretaciones le confiere. Y en la mía, cada día Alí vive, lucha y sonríe.

@oliv22