Las universidades nacionales, las denominadas autónomas, siguen cerradas. El conocimiento, el saber, permanece secuestrado por una élite que jamás le ha importado el estudio y menos los estudiantes. La agresión silenciosa que viven miles de alumnos solo se compara con las realizadas por los regímenes totalitarios. En gobiernos represivos y dictatoriales se queman libros, se cierran universidades, se persiguen estudiantes y profesores. La IV República fue especialista en violar los derechos de estudiantes y profesores.
No se justifica que los recintos universitarios estén paralizados, cerrados; que el acceso al conocimiento se le niegue a quien lo necesita y desea adquirirlo. El oscurantismo se apoderó de la Casa que vence las sombras y de los hogares de la sapiencia. Extraña enormemente que muchos estudiantes prestos para salir a protestar y guarimbiar, ahora ni siquiera se pronuncian ante el atropello y el desatino de unos cuantos.
Pareciera que se olvidaron de luchas y del derecho a la educación; ahora prevalecen, los intereses personales, las posiciones políticas y la guarimba institucional. El cierre de las universidades tiene un trasfondo golpista; no dudamos que el fin último de estas acciones es provocar el descontento entre la masa estudiantil y por extensión ejercer presión para provocar una salida de facto en Venezuela.
En Mérida, por ejemplo, los universitarios poca clase han tenido. En el año 2013 hubo un paro de actividades; en 2014 se pasaron el año guarimbiando y lo que va de 2015 la universidad permanece cerrada por un nuevo paro. Tres años perdidos. Eso si no han dejado de cobrar salarios, sueldos , primas y demás emolumentos que paga el Estado. En otras palabras devengan un sueldo por quejarse.
Los estudiantes deben concienciarse. El daño se lo están haciendo a la educación del país, a la posibilidad de progreso, a la sociedad en general. ¿Quién se responsabiliza por ello? ¿Cómo recuperar el tiempo perdido? El pueblo tiene que salir también a defender a su universidad, a defender el derecho de sus hijos y de la patria.