La Unión Africana (UA) enviará cinco mil efectivos a Burundi para evitar una guerra civil por la escalada de violencia, declaró el organismo en un comunicado.
El Consejo de Paz y Seguridad (CPS) del bloque regional decidió enviar esa fuerza de paz, integrada por soldados y policías, ante la gravedad de las protestas, manifestaciones y choques armados, frente al anuncio del presidente del país, Pierre Nkurunziza, de reelegirse para un tercer mandato, añade el texto.
Según el comunicado, el contingente operará bajo el nombre de Misión Africana de Prevención y Protección en Burundi (Maprobu) durante un periodo inicial de seis meses.
Esa fuerza tiene como objetivos prevenir el deterioro de la seguridad, proteger a la población civil y promover el diálogo entre las partes en conflicto en la nación africana y entre ella y otros actores internacionales.
El bloque panafricano fijó al gobierno de Bujumbura un plazo hasta el próximo lunes para que responda si cooperará con la Maprobu y facilitará el cumplimiento de su mandato, acorde con el texto del CPS.
Mientras tanto, el organismo subrayó «su determinación a tomar todas las medidas necesarias contra cualquier parte o actor que quiera impedir la adopción de esta decisión», indica el comunicado.
La UA aseguró que se reserva el derecho a desplegar las tropas incluso con la oposición del Gobierno de Burundi, mediante la invocación de una cláusula que permite asumir esa determinación ante una situación de crímenes de guerra.
El organismo advirtió este jueves que no permitirá el agravamiento de esa situación en Burundi y llamó a terminar con la violencia.
«África no permitirá otro genocidio en su territorio», subrayó del CPS en otro mensaje, tras conocer un informe sobre los hechos, elaborado por investigadores que regresaron de Bujumbura tras presenciar allí intensos combates.
Los enviados de la UA describieron fuertes intercambios de disparos, explosiones y tiroteos y aludieron a informes sobre «ejecuciones arbitrarias y asesinatos selectivos», arrestos, detenciones y torturas.
Cientos de muertos y unos 200 mil burundeses desplazados es el balance de ocho meses de protestas callejeras, ataques armados con armas de fuego, desaparecidos, mientras decenas de cadáveres aparecen con regularidad en las calles, según diversas fuentes.
Numerosos gobiernos de países de esta y otras regiones criticaron esos acontecimientos, que son rechazados también por organismos internacionales como la ONU, cuyo secretario general, Ban Ki-moon, advirtió que aquel país «está al borde de una guerra civil que involucre a toda la región».