Por Ennio Di Marcantonio|TV: Cadenas de cadenas (Opinión)

El diputado Julio Borges pretende no solo privatizar la comunicación devolviendo concesiones a quienes usaban licencias como título nobiliario, pasándolas de generación en generación, sino censurar al Poder Ejecutivo nacional, prohibiendo las cadenas presidenciales.

Esto no es nuevo, intentaron lo mismo contra el presidente Hugo Chávez, líder que entregó la comunicación a todo un país, y no a un grupo privilegiado.

En los inicios de la V República, la TV privada invisibilizó su Gobierno, y a la Revolución Bolivariana, hecha Constitución de todas las venezolanas y todos los venezolanos en 1999. Después, comenzó a ridiculizar o criminalizar, ya no al Gobierno, sino a los venezolanos que no estaban de acuerdo con ellos ni con su tendencia política.

Las cadenas fueron el único medio legal con el que el presidente Chávez podía llegar a todo el país, ante una TV pública quebrada y sin transmisores para cubrir todo el territorio nacional. Con la recuperación económica del siglo XXI, las cadenas fueron reduciéndose a intervenciones del presidente Nicolás Maduro, actos oficiales, y ‘micro-cadenas’.

Pero no solo el Estado ha hecho cadenas: de diciembre de 2002 a febrero 2003 un grupo de directivos de Pdvsa, unido a las mafias sindicales de la CTV y empresariales de Fedecámaras, convocaron un sabotaje petrolero que intentó la entonces “Coordinadora Democrática” (hoy Mesa de la Unidad Democrática). Canales cuya finalidad no era informativa (Vale TV y Meridiano TV) se encadenaron todas las noches, para transmitir sus “avances”, que solo dejaron un desempleo de 25%, mas de 17 mil millones de dólares en pérdidas, y muertes en desórdenes callejeros.

La única cadena que debemos evitar es la del pensamiento único, que prometió abrir la puerta a los medios a la Asamblea Nacional (AN), y ahora reculó, limitando la cobertura a un solo medio del Estado, como si esta fuera la época de los adecos que quebraron a VTV.

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