Ofreció protección al pedagogo inglés Joseph Lancaster| El Libertador

El Libertador envía emotiva epístola al pedagogo inglés Joseph Lancaster, de quien recibe informaciones que se encuentra en Caracas promoviendo su método de “enseñanza mutua”.

SEMBRAR ESCUELAS

Desde el 15 febrero de 1819, cuando ofrece a los constituyentes de Angostura su célebre pieza oratoria, el Libertador sería reiterativo en la necesidad de privilegiar la educación como instrumento para organizar sociedades republicanas, formando a sus ciudadanos. “Un pueblo sin estudios es un ser incompleto” dirá en aquella fecha. Y al cerrar en 1826 su magna labor de constitucionalista, con la Carta Magna de Bolivia, en el Discurso que acompaña aquella, dirá lo siguiente “El primer deber de un gobierno es dar educación al pueblo”. Sería por tanto constante Bolívar a lo largo de su vida publica, en hermanar la gesta del campo de batalla, con el reto de instruir y formar. Así para 1825, mientras se acompaña con Simón Rodríguez y le deja al frente de la educación en Bolivia, al sur de la franja continental de naciones convocadas para la cita anfictiónica de Panamá de 1826-, confiaba al norte en la labor de Lancaster, cubriendo así el arco militar y de cultura sobre el cual se debían asentar las nuevas Repúblicas.

ENSEÑANZA MUTUA

Joseph Lancaster, nació en Londres en 1778. A sus 19 años abrió una escuela en un barrio popular de la capital inglesa, donde el pago era la mitad de lo que se habituaba por esos días en otros colegios. Eran tiempos en que se iniciaba la revolución Industrial inglesa y, al mismo tiempo, en que los protestantes requerían que sus seguidores, para conocer directamente la Biblia, aprendiesen a leer. Lancaster impulsó un sistema mediante el cual los niños más aventajados enseñaban a los que venían con retraso en el aprendizaje. Andrés Bello fue testigo del primer contacto entre el pedagogo y Simón Bolívar, durante la estadía del futuro Libertador en Londres en 1810, y dejaría un testimonio de ello. En 1823 Lancaster escribiría al ya consagrado héroe caraqueño proponiéndole traer su método a Suramérica.

“20 MIL DUROS”

Confiando en las recompensas que el Perú había ofrecido a los vencedores de Junín y Ayacucho como premio por el logro de la Independencia de la nación inca, el Libertador Simón Bolívar -quien, como se sabe, rechazó para sí el monto pecuniario de un millón de pesos que se le había acordado- estimaría inicialmente disponer de la oferta del Perú de recompensar a su ciudad natal, Caracas, con las cantidades de 20 mil duros de que hablase a Lancaster. Sin embargo, al año siguiente, 1826, cuando variaban las condiciones políticas y preparaba su retorno a la Gran Colombia, no habiendo seguridad de contar con la disponibilidad del Perú referida al educador, se lo hace saber. No obstante el 3 de marzo de ese último año, Bolívar escribió a la Municipalidad de Caracas “solicitándole apoyo para el pedagogo Joseph Lancaster”, sin encontrar eco en la corporación. Queda no obstante constancia del alto vuelo del héroe que concebía la Independencia como empresa de guerra y educación ciudadana.

“LA EDUCACIÓN PÚBICA LLAMA MI PREFERENCIA”

Tengo el mayor placer… sabiendo de Ud de Caracas, la determinación que ha tomado de permanecer entre nosotros con el laudable objeto de propagar y perfeccionar la enseñanza mutua que tanto bien ha hecho y hará a la cultura del espíritu humano; obra maravillosa que debemos al ingenio singular del mismo que ha tenido la bondad de consagrarse a la instrucción de mis más tiernos conciudadanos.

Ud. parece que ha menester de protección para realizar sus designios benéficos…me adelanto a ofrecer a Ud. veinte mil duros para que sean empleados en favor de la instrucción de los hijos de Caracas. Estos veinte mil duros serán entregados en Londres por los agentes del Perú…puede Ud. girar esta suma dentro de tres o cuatro meses (…) La educación pública llamará mi preferencia” (SIMÓN BOLÍVAR, Carta a J Lancaster, 16 de marzo 1825).

T/Néstor Rivero
F/Cortesia