Por Ana Cristina Bracho|Los derechos sociales en jaque (Opinión)

Si no solo de pan vive el hombre intentar pensar que su vida puede ser sin pan es un peligroso absurdo. Sin embargo, en el estado actual de la fuerza con la que cuentan las corporaciones no resulta tan desatinado sostener que esa es la apuesta. Para esta semana el mundo se ha visto conmocionado por debates parlamentarios que sugieren en Europa y en América que -para salir de la crisis- los grupos económicos deben dejar sin pan a las mayorías.

En Argentina el debate sobre los Fondos Buitre pasó en el Congreso. La mayoría parlamentaria se opuso así a escuchar las calles de Buenos Aires incendiadas de descontento y considerar los sacrificios que en nombre de algún acuerdo presidencial pagará la ciudadanía.

En Europa el centro del conflicto se presentó en Francia donde el Ejecutivo apareció hace un par de semanas con una propuesta para recuperar la productividad de las industrias que, frente a los costos de emplear nacionales, prefieren desarrollarse en el extranjero. Para evitarlo, se propone una reforma del trabajo que permita una jornada de 60 horas semanales, que amplía las causales de despidos en caso de crisis financiera del patrono, además de la aparición de nuevas y relajadas contrataciones que se acercan más al régimen del destajo que al que le corresponde al trabajo.

En el Medio Oriente, la situación de Libia, antiguo país motor del desarrollo de la región y líder indiscutible en los niveles de bienestar social aparece hoy como el principal asiento del medieval grupo Estado Islámico, conocido por su desprecio por todos los derechos fundamentales.

De regreso a Venezuela, en el debate parlamentario la Asamblea Nacional (AN) negó la extensión del Estado de Emergencia Económica dándole la espalda a la urgencia de continuar por un camino que remonte las dificultades que vive el país. Esto, a la vez que impera el silencio sobre las declaraciones extranjeras que ponen en riesgo la Patria toda.

Mientras esto pasa, en el Mediterráneo y subiendo toda Europa, la crisis de los migrantes va llenando el continente de campos de concentración de los nuevos judíos, los pueblos de las naciones devastadas.

Para finales de la semana, un vocero de Estados Unidos habló de que se está perpetuando un genocidio en Siria en contra de ese pueblo. Pero, es esto realmente así, ¿es este el único genocidio en marcha? ¿Es solo lo que pasa en Siria y no lo que viven en Europa? ¿No es un insulto a la inteligencia seguir hablando del Daesh como un sujeto aislado?

La inverosímil ingenuidad de la declaración venida de un Gobierno dueño y defensor de los grupos económicos o militares que presionan los derechos de todos los pueblos parecen un intento de distraernos de la necesidad de entender que lo que ocurre es un reacomodo de un sistema criminal y excluyente, asfixiado por su ambición infinita de acumulación.

@anicrisbracho