Este texto debió titularse “El día que sacaron a Maduro”, pero la profecía resultó un deseo infértil.
Ayer venció el ultimátum que dio el oráculo y la “crónica de una muerte anunciada” devino en todo lo contrario, como diría el filósofo de Rubio.
Obama, Rajoy y Almagro hicieron fuerza en vano para salvar al profeta adeco de un destino chacumbélico. Ahora, como Jalisco, pretenden dar un golpe judicial ante un balance negativo: no acabaron con las colas y el Presidente sigue allí.