La Organización de las Naciones Unidas (ONU) solo ha podido entregar la mitad de la ayuda humanitaria que tenía planificada para las zonas sitiadas por los terroristas en Siria.
Durante la primera mitad de este año la organización ha llegado al 62 por ciento de la población que se encuentra en esas áreas y otras de difícil acceso.
En total, la ONU calcula que hasta la mitad de julio aportó asistencia a unas 978 mil personas.
«Es una cifra muy alejada de lo que esperábamos, pero mucho mejor que todo lo que conseguimos en 2015», dijo el responsable de ayuda humanitaria de la ONU, Jan Egeland.
Además, indicó que el área médica es en la que han tenido el mayor fracaso y agregó que «hay gente que se desangra hasta la muerte».
Los pueblos de Fua, Kefraya, Madaya y Zabadani figuran en la lista de prioridades del organismo humanitario porque desde el 30 de abril no han podido acceder a ellos.
«El tiempo se agota y la malnutrición está creciendo entre la población. No queremos volver a ver las mismas imágenes que llegaban desde Madaya antes de que consiguiéramos entrar», manifestó Egeland.
Alepo también figura en la lista de vital importancia pues se estima que hay entre 200 mil y 250 mil personas atrapadas y, según Egeland, está cerca de convertirse en el área sitiada más grande del país.